Por Jorge Sotero
La Habana.- El Ministerio de la Agricultura de Cuba, a través de uno de sus grupos empresariales, importará 270 tractores para los productores de tabaco. Así lo cuenta Granma, en una nota cuyo inicio deja entrever la escasa credibilidad del gobierno cubano.
“Cuando el director de la empresa le preguntó si quería comprarse un tractor, Servilio Jesús Córdoba de inmediato le respondió que sí, pero para sus adentro siempre le mordió la duda de si aquello sería verdad”.
Tenía dudas el campesino pinareño, de 71 años de edad, sobre la propuesta. Lo dice el libelo comunista, a través de su corresponsal en Pinar del Río: “Me costaba creer que eso que tanto había anhelado fuera por fin a hacerse realidad”.
La propuesta de adquirir tractores fue de Tabacuba, con la intención de que “los campesinos puedan mejorar sus condiciones de vida y trabajo, revirtiendo una parte de los ingresos en divisas que reciben”.
Granma aclara, que Tabacuba, presidida por Marino Murillo -¿recuerdan este nombre?- no se gana un centavo en el proceso de importación de los tractores y advirtió que se venden en lo mismo que los compran. Nada, una obra de caridad increíble, sobre todo si la pensó Murillo.
Los tractores son para los productores de tabaco, porque tabaco es lo que exporta el país, o uno de los pocos productos que aún se pueden vender en el exterior. No son para aquellos que producen alimentos: frijoles, arroz, maíz, yuca o papa.
A esos campesinos que se los coma el león, que quiebren, que no produzcan y que no lleguen los alimentos a la población, porque los de arriba necesitan dinero y ese se los dará el tabaco que producirán hombre como Servilio, quien aún no se cree que, a sus 71 años y luego de haber trabajado toda su vida la tierra, con premios incluso, vaya a poder comprar un tractor.
Es increíble la situación de Cuba, y lo peor es que nos la cuentan con una naturalidad tremenda, como si fuera lo más normal del mundo.
En Cuba no hay alimentos. Los que se venden, en su mayoría son importados, porque no hay dinero para las inversiones en la agricultura, pero si para los hoteles, como el de 500 habitaciones que se levanta en El Vedado capitalino.
No hay dinero para tractores para aquellos que producen alimentos, pero sí para los que siembran y cultivan tabaco.
Y esto no lo invento yo. Lo cuenta Granma.
