Por Fernando Clavero.
LA Habana.- Armando Johnson ya comienza a hacer de las suyas. Como todos los managers cubanos, el pinero también improvisará y lo hará a lo grande desde este sábado, con la colocación de Alfredo Despaigne en la inicial en un juego de preparación de cara al V Clásico Mundial.
Despaigne no tiene posición en ese equipo, porque es el peor jugador a la defensa, y con esa condición solo podría jugar en el jardín izquierdo, si acaso. Pero Johnson lo quiere mantener en la alineación, y si le da la inicial para que se pruebe en un tope de preparación, es porque piensa en él como inicialista de cara a la lid mundial.
Y ese podría ser el más grande de los errores. Sobre todo si piensa que por la inicial es por donde menos se batea, porque eso ocurrirá en Cuba, pero no en una lid en la que muchos equipos alinean más zurdos que derechos, incluidos algunas selecciones asiáticas, con las cuales la escuadra cubana tendrá que chocar.
Lo de Armando Johnson tiene antecedentes, porque por años las escuadras nacionales dejaron a recios toleteros, inicialistas naturales, en el banquillo e improvisaron con otros. Para hacer un poco de memoria, recuerdo que a finales de los años ochenta del siglo pasado, quedaron en el banco o no fueron a equipos nacionales Alejo O’reilly, Julio Germán Fernández, Leonel Moa y Juan Luis Baró, y se improvisó con cualquier otro de inicialista.
Primera base jugaron Orestes Kindelán, Luis Giraldo Casanova, Lourdes Gurriel, Pedro Medina y Lázaro Vargas, por mencionar solo algunos, en detrimento de O’reilly, por ejemplo, cuando estaba en el mejor momento de su carrera, solo porque a Miguel Valdés, a Jorge Fuentes, y a no sé quién más, no le gustaba el moreno avileño-villaclareño, porque era nalgón y tenía tendencia a engordar.
Pero cualquiera de aquellos, Kindelán, Gourriel y Medina incluidos, eran mucho mejores a la defensa de lo que puede ser ahora Alfredo Despaigne. Y no digo Casanova o Vargas, porque esos dos podían jugar con clase cualquier posición, hasta la receptoría.
Ojalá en el partido de este sábado se dé cuenta Johnson de que no es lo mismo coger rollins en primera base en una práctica, que hacerlo durante un partido al máximo nivel. La inicial, como otras posiciones, necesita de especialistas, de buenos defensores del cuadro, de jugadores con movimiento a un lado o al otro, incluso con tamaño para recibir los tiros desde el infield. Y nada de eso tiene el santiaguero.
Veremos qué pasa con él, pero desde ahora adelanto que el llamado es a apoyar la decisión del entrenador, por lo que nadie puede esperar ninguna crítica de un medio oficial, y mucho menos de Oscar Sánche,z en Granma. Tampoco de los comentaristas de la televisión, porque saben que cualquier posición crítica les puede costar la asistencia al Clásico Mundial.
En fin, lo de Despaigne en primera es improvisación pura y dura, pero no es nada a lo que el cubano no esté adaptado, porque lo más probable es que Armando Johnson no tenga poder de decisión sobre quiénes juegan o no, y mucho menos sobre las alineaciones, que, salvo en los contados casos de Víctor Mesa y Rey Vicente Anglada, se hacían desde acá, aunque se jugara en Holanda, Japón, Sydney o San Diego.
Para mí, el equipo cubano no irá más allá de la primera ronda del Clásico. Si consigue avanzar a la segunda vuelta, será un milagro, y si logra llegar a Estados Unidos, su actuación se habrá convertido en un hito del deporte cubano.
Todo eso, aclaro, a pesar de la presencia de dos o tres jugadores de las Grandes Ligas en la plantilla, entre ellos una de las estrellas de la actualidad, el jardinero central de los Chicago White Sox Luis Robert.
Una golondrina no hace verano, dice un viejo refrán, y un primera base que no tenga movilidad ni habilidades defensivas tampoco hace a un equipo campeón. Vivir para ver.
