Kinsasa.- El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se mostró ‘alarmado’ por la intensificación de las hostilidades en el este de la República Democrática del Congo y condenó la ofensiva que el grupo Movimiento 23 de Marzo (M23) ha lanzado desde principios de año en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur.
Según un comunicado difundido por la ONU, publicado este viernes por los medios locales, Guterres alertó de que el reciente avance de los rebeldes del poderoso M23 ‘aumenta la amenaza sobre la ciudad de Goma’, la capital de Kivu del Norte, que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012.
En los últimos días, el M23 ha logrado un gran avance contra el Ejército de la RDC y, tras la toma de la estratégica ciudad de Minova el pasado martes -el primer núcleo urbano importante que conquista en la provincia vecina de Kivu del Sur-, los rebeldes avanzaron hacia la ciudad de Sake, a unos 20 km de Goma, donde se registraron intensos enfrentamientos con las fuerzas del Ejército durante la jornada del jueves.
‘Esta ofensiva está teniendo efectos devastadores sobre la población civil y ha aumentado el riesgo de una guerra regional más amplia’, señaló Guterres en el comunicado.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó esta semana de que más de 178.000 personas han tenido que abandonar sus hogares por la violencia en la zona de Minova entre el 4 y el 20 de enero y que al menos 113 personas han resultado heridas.
De hecho, en los últimos dos días, la ciudad de Goma se ha transformado en un gran campo para desplazados que huyen de los enfrentamientos, una situación que, según medios locales, ha sumido a sus habitantes de la ciudad en el pánico, no sólo por esta llegada masiva de refugiados, sino también por la proximidad de los combates.
Ante esta situación, Guterres pidió al M23 que ‘cese inmediatamente su ofensiva y se retire de todas las zonas ocupadas’, e instó a todos los actores involucrados en el conflicto a que ‘respeten la soberanía y la integridad territorial de la RDC y pongan fin a toda forma de apoyo a los grupos armados, ya sean congoleños o extranjeros’.
Al respecto, Guterres se mostró ‘profundamente preocupado’ por el último informe del grupo de expertos en la región, que alertaba sobre la presencia de tropas ruandesas en suelo congoleño y ‘su continuo apoyo al M23’.
Asimismo, pidió a todas las partes que respeten los derechos humanos y garanticen ‘el acceso inmediato y sin trabas’ a las personas que necesitan ayuda humanitaria, así como ‘el carácter civil de los lugares destinados a los desplazados internos’.
Los combates en el noreste del país se han recrudecido en las últimas semanas, después de que se suspendiera la cumbre sobre el proceso de paz prevista para el pasado 15 de diciembre en Angola y en la que debían participar los presidentes congoleño y ruandés, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, repectivamente.
Aunque las autoridades ruandesas niegan la presunta colaboración de Kigali con el M23, este extremo ha sido confirmado por la ONU. A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con el grupo rebelde Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país, una colaboración también confirmada por la ONU.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco). (EFE)