Por Yoyo Malagón ()
Madrid.- El Barcelona pasó como un torbellino por el Santiago Bernabéu. Fue un huracán categoría 4 para un Real Madrid desguarnecido. Cierto que el equipo blanco tuvo una buena primera mitad, pero a la salida de los vestidores encajó un gol y ahí se rompió el partido.
Lewandowski recogió un pase filtrado, se plantó solo ante Andriy Lunin y puso el 0-1 y ahí se acabó el partido para el equipo de Ancelotti. Apenas unos segundos después, el polaco puso el 0-2 con un cabezazo imperial a pase desde la izquierda de Alejandro Balde.
No había más. El árbitro podía haber pitado el final, pero al partido le quedaban 30 minutos y el Madrid pensó por un momento en la posibilidad de descontar, igualar y luego remontar. Entonces se estiró, se alargó, pero se quedó desguarnecido atrás y el Barcelona lo desarboló, le reventó las velas, le tumbó el palo mayor y en esas ráfagas se llevó hasta la cofa.
De pronto, el Real Madrid se convirtió en un don nadie, en un equipo vulgar, anodino, sin cabeza, todo por el primer gol que encajó y por volverse loco por irse arriba en busca de un empate que nunca consiguió y que no iba a conseguir, porque no era su día, porque sus artilleros no estuvieron finos, y porque Hansi Flick preparó tan bien su zaga que la delantera blanca cayó una docena de veces en fuera de juego.
Mbappé marcó dos veces en fuera de juego, pero tuvo dos mano a mano con Iñaki Peña y el arquero se vistió de Ter Stegen y las sacó. Y lo mismo pasó en otras dos ocasiones durante el partido.
El 0-4 fue una goleada, pero no anda tan lejos un equipo del otro en juego. Las circunstancias del partido lo hacen ver así, pero si se vuelven a enfrentar mañana, muy bien el triunfo cae del otro lado. De hecho, pronto, en un par de meses, habrá otro partido entre ambos, condicionado porque venzan a Mallorca y Athletic Club en Arabia Saudita.
Eso sí, luego de la jornada de este domingo, el Barcelona dio un paso enorme en busca del título, porque tiene al otro candidato a seis puntos, y con el gol average totalmente en contra.
Sin embargo, hay cosas que no se pueden olvidar: la última vez que el Madrid encajó un 0-4 ante el Barcelona ganó La Liga y la Champions. Eso lo recordó Ancelotti en la rueda de prensa posterior a la goleada, en la cual se aferró, una y otra vez, a l primer tiempo.
Siempre hay cosas a las cuales agarrarse, y el Real Madrid tiene muchas, una de ellas es lo joven del torneo, su plantilla excelsa, su facilidad para regresar siempre a la competición, y un entrenador que siempre confía, incluso cuando peor le va.
Aún no se puede decir que perdió la Liga o que el Barcelona lo vaya a ganar todo. Es apenas octubre y los títulos se entregan en mayo y hasta entonces falta un mundo.