MI REY CARPINTERO

LECTURASMI REY CARPINTERO
Por Zenaida Ferrer Martínez ()
Miami.- Cuando nací ya olías a madera. Tenías trece años y volvías a casa llenito de aserrín. Yo abría mis ojitos a la vida y aprendí a descifrar, por el olor que traías, en qué bosque andaban tus manitas de niño, aserrando, limando, armando muebles cuando debías estar sentado en un aula sacando cuentas o aprendiendo historia o geografía.
A veces, el tronco trabajado te dejaba impregnado de una resina viscosa pegada a tu ropa, que nuestra madre lavaba a puño limpio y zurcía y reparaba para la próxima jornada.
Traías en ocasiones muestras de la madera cortada en el día: ora pino, ora ocuje o caoba, y hasta ébano, alguna vez majagua, roble, sabicú y cedro. Nos mostrabas sus colores, la diferente textura y más que todo, su olor.
Te hiciste experto muy pronto, carpintero hermano mío, ebanista te decían cuando torneabas la madera y creabas muebles muy finos, piezas de gran valor.
Luego supe que los árboles pueden vivir diez veces más que nosotros, que muchos dan alimento, sombra, madera, belleza y cobijan aves y animalitos agradecidos de su existencia.
Ay, hermano, si fueras árbol, aún estarías para poder abrazarte. Tres años ya que te fuiste, hermano mío, amor de todas tus hermanas. No nos conformamos, pero este aciago 11 de julio, brindaré por ti y te imaginaré bajo un arce o un almácigo, o mejor, a la sombra de un apetecible mango en tu patio, con tu Berta, rodeado de hijos y nietos que te siguen añorando.

Check out our other content

Check out other tags:

Most Popular Articles

Verified by MonsterInsights