Por Jorge Sotero
La Habana.- La foto que encabeza esta historia la tomé de 14yMedio, pero muy bien pude haberla hecho en cualquier lugar del Vedado, Centro Habana, el Cotorro, Cumanayagua o Santiago de Cuba, porque Cuba es un paraíso para la basura, a pesar de en el país no hay mucho que botar.
Bueno, en Cumanayagua no. En los pueblitos de campo el problemas de la recogida de desechos lo resuelven de distintas maneras, hasta con bueyes, pero es raro ver microvertederos en los pueblos, una situación que se ha vuelto normal en las cabeceras de provincias, aunque estas sean ciudades pequeñas.
En La Habana la situación es caótica. Y salvo en esos lugares a los que van a parar expresamente los turistas o los dirigentes, que casi es lo mismo -porque en Cuba los dirigentes parecen visitantes en los lugares a donde llegan en sus autos, con sus guayaberas hinchadas como velas de barco, y sus satisfechas barrigas- en todos los otros pululan los basureros, con roedores por miles, mascotas abandonadas, y cada vez más personas en busca de cualquier cosa.
La situación en Cuba es lastimosa. Y lo de la basura en las calles es una muestra más de la situación que atraviesa el país: no hay nada que comprar para comer, ni enlatados ni productos en nylon o cajas, tampoco papel sanitario, ni verduras o viandas, y aún así los basureros están por doquier, abarrotados de desperdicios, que a uno le cuesta imaginar de dónde salen.
Para el gobierno, todo está bien. En las casas de los Castro y de los gobernantes a cualquier nivel no hay roedores, fumigan, cerca de donde ellos viven no se forman microvertederos, y si algún lector conoce de un caso, por favor, que me mande una foto.
Incluso, los más peligrosos y los más llamativos se forman cerca de los hospitales y de las escuelas, con el peligro que todo eso encierra, por lo vulnerables que suelen ser esos sitios, pero ni aún así los encargados le dan prioridad, salvo si se anuncia una visita de alguien, como la de Díaz Canel a Matanzas por estos días, para ir de visita a la finca de un campesino, cuyas vacas pasaron, por obra y gracia de la casualidad, de producir tres litros de leche, a ocho en cada jornada.
Y sale así en los medios. Es el milagro de la leche y hasta allá se fue el presidente, con su abdomen pronunciado a hacerse unas fotos, sermonear un poco y aparecer en los medios para que la gente vea que cumple una intensa agenda. Con él fueron 20 vehículos, más los que se le sumaron en Matanzas. Para esos sí hay gasolina, incluso para ir a cenar a un hotel de lujo en Varadero, pero no para recoger basura.
Lo del basurero del Parque Trillo es como el del Parque Piñera, que solo lo recogen una vez cada seis o siete semanas, cuando alguno de los vecinos del lugar acude a las redes sociales a quejarse, porque en Cuba no hay otro lugar donde hacerlo.
La foto de 14yMedio es solo el motivo para hablar de un tema que atañe a todos, y que debe ser una prioridad para los gobernantes, a los cuales o no les importa, o no tienen cómo resolver el problema, pero lo cierto es que cada vez es mayor el deterioro de las ciudades y pueblos de Cuba: más basura, las calles cada vez en peor estado, las casas y edificios multifamiliares a punto de colapsar, escasez de medicamentos y médicos, hospitales en crisis, violencia de cualquier tipo, y como no podía ser menos: corrupción disparada y pobreza sin límites.
Hasta ahí ha llegado la isla que en su momento fue considerada la Perla de las Antillas.
LA HISTORIA DETRÁS DE LA FOTO (IX)
