Por Arturo Mesa
La Habana.- Como ya saben llevo cerca de dos meses trabajando en un restaurant, pero hay veces que debido a la ignorancia tengo unas ganas de desaparecer que pa qué.
Resulta que para un luyanense como yo, cuando se habla de mariscos se habla de camarón, langosta, ostiones y calamar. Punto. Pues, al parecer, hay muchos más. Hay mejillones, ostras, conchas, almejas, etc. y uno botao.
Para qué contarles el trabajo que pasé para aprenderme quién es quién en inglés. ¿Cuando en mi vida había visto yo un plato de mejillones?
En dos meses de trabajo ya uno debería haberse aprendido las comidas del lugar nada más que de mirarlas, incluyendo los mariscos, por lo que ya no tienes por qué temerle a un pedido.
Anoche, una mesera me pide que le lleve a la mesa tal un pedido de ostras, y luego me insiste en que me fije bien en las ostras.
¿Qué pienso yo? Ah, que me fije si son al vapor o fritas o medio crudas, algo de eso, porque al final una ostra es una ostra.
Yo me fijé en las ostricas en cuestión y la verdad es que estaban de lo más chulas, deformaditas y gorditas como ellas solas, así que orgullosamente me fui a la mesa y entregué mis ostras. Y llegó la pregunta de la cliente. ¿Y cuál es cual? Aquello fue como un apagón digital en mi cerebro. ¿Cómo que cuál es cual?
Resulta que dentro del género “ostra”, existe una importante variedad y denominación y hay gente a las que les gusta la ostra del Golfo, a otros las del Atlántico, a otros las Blueberry y a otros las Blue Point; y por ahí pa allá… hasta el infinito y más allá.
Ahí fue cuando, por poco, salgo por la puerta del restaurante y no vuelvo más. Ah, porque encima de que todavía no distingo una ostra de un mejillón, me tengo que aprender de cuál charco fue que salió el bicho ese.
-Un segundito, le dije a la cliente y salí disparao a buscar a la mesera. En cuanto la vi le dije: “Houston, we have a problem” …llégate por la 74 que me parece que tenemos un problema de ostras por allá.
-¿Qué pasó?
-Na’ que yo pensaba que todas las ostras eran iguales pero parece que entre moluscos, las razas hacen la diferencia.
(Tomado del muro de Facebook de Arturo Mesa)