Por Jorge Sotero
La Habana.- Hace unas horas las redes sociales difundieron ampliamente un vídeo de la participación de Esteban Lazo en la Comisión de Asuntos Agroalimentarios de la Asamblea Nacional, donde se debatía la Ley de Soberanía Alimentaria, aprobada hace un año y sin resultado palpable alguno. Varios amigos me lo reenviaron y uno, incluso, me dijo que me fijara con la claridad con que se dicen las cosas en esa instancia de gobierno.
Volví a ver el vídeo y luego lo llamé y solo le hice unas preguntas, para las cuales no tuvo respuesta, como tampoco tuvieron respuesta las que hizo el presidente de la Asamblea Nacional a los delegados y los ministro que estaban presentes en el lugar, porque la situación alimentaria en Cuba no tiene solución desde hace muchos años. Puedo decir que más de 30. Y Lazo, como todos los dirigentes castristas, mintió.
Mintió cuando dijo que Cuba produjo hace seis años todos los frijoles que el país necesitaba. Una falsedad total: produjo todo lo que se le vendió a la población a través de la canasta básica, que no lo que necesita una población en cuyas costumbres alimenticias el frijol desempeña un papel importante. La cantidad de frijol que puede comprar una familia en un mes, por la libreta de abastecimiento, apenas da para un congrí y un potaje, si acaso. Y solo de color negro, porque otros tipos de esas legumbres no llegan a la población por esa vía.
Esa es una mentira, como es una mentira la canasta básica, que de básica no tiene nada, y de canasta ni sé, porque lo que venden por el sistema de la bodega, además de estar en mal estado la mayoría de las ocasiones, se puede cargar en una simple bolsita, de esas de las tiendas que en el oriente de Cuba llaman Cubalse.
Lazo, cuya dicción y capacidad de analizar y debatir siempre me han dejado dudas, dijo también que Cuba produjo la mitad del arroz y habló de 600 millones de litros de leche, una cifra que me pareció demasiado alta y que me lo seguirá pareciendo siempre, en un país donde ya casi no quedan vacas, más allá de algunas que los campesinos cuidan bajo siete llaves, por temor a que se las roben y las sacrifiquen.
Y lo peor de la comedia fue cuando el presidente de la Asamblea Nacional interpeló al ministro de la Agricultura, Idael Pérez Brito, sobre los motivos por los cuales se perdió una parte de la producción de mango y aquel se refirió a las ventas en tajadas y a otras tonterías, más propias de estudiantes de secundaria que al encargado de regir la producción agrícola en un país.
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También fue irrisoria la respuesta del titular de la Industria Alimentaria, Santiago Sobrino, quien dijo que la cosecha de mango permitió garantizar las compotas de la bodega para los niños por todo el año. Increíble: el hombre, que apenas sabe hablar, habla de la compota de los niños hasta los cinco años. Porque los mayores de esa edad no tienen derecho a tomarse una, ni un jugo, ni tampoco los ancianos. Eso da una idea de lo que consideran los que dirigen que merece el cubano.
Para ellos, Lazo inclusive, basta con ofertarle al pueblo cinco libras de arroz en mal estado del que no se comen en el mundo ni los animales-, azúcar de décima categoría, una pequeña cantidad de frijoles, sal con piedras y un poquito de café con un altísimo por ciento de chícharo tostado en la mezcla. Con eso basta para ellos.
Idael Pérez se justificó también con lo de la divisa, el combustible, y con los precios altos en La Habana. Y hasta dijo que los sancionaran, por mal trabajo, que tomaran medidas con ellos… en un diálogo increíble entre él y Lazo, que solo hizo preguntas y no dio ninguna solución.
De todo eso hablé con mi amigo, por teléfono. Y luego él me conminó a ver el noticiero para ver qué decía este sobre lo que se analizó en la referida comisión de la Asamblea Nacional. Y como no podía ser de otra forma, el NTV recortó todo el diálogo, puso solo un par de segmentos y las consideraciones de la periodista. Y nada más.
A ver, tampoco pretendía que pusieran la intervención de Lazo y aquello de los encuentros de productores de avanzada con otros productores para extender experiencias. Cuba no necesita de esas tonterías que nada resuelven. Necesita de cambios estructurales, de gente con dinero que quiera que la tierra produzca, de inversiones, subsidios, de cambios en la política agraria, de otra mentalidad y otros gobernantes.
Bajo el totalitarismo castrista y sus controles excesivos, sus restricciones, las camisas de fuerza contra los que tienen tierras o los que quieren producir, en Cuba siempre habrá escasez de alimentos. De eso no tengo dudas. Y así se lo dije a mi amigo.
