LOS LUJOS DE “LOS HUMILDES Y POR LOS HUMILDES”
Por Raymer Brown
La Habana.-Dice un amigo en Facebook que es normal que un presidente y su mujer se vistan y calcen con marcas de burguesía adinerada…Salvatore Ferragamo, Dior, Rolex, etcétera. Pero resulta ser que el presidente de Cuba no es cualquier presidente…es el presidente de un país comunista que enarbola las banderas de la austeridad y la sencillez. Este amigo de Facebook ha hecho paralelismos muy interesantes al comparar al presidente cubano con presidentes de Latinoamérica.
En Latinoamérica la mayoría de los presidentes son empresarios, y los que no, son políticos de larga data…o nacidos en el seno de familias adineradas.
Resulta ser que Díaz-Canel no se encuentra en ninguno de esos casos, incluso, en la escala salarial de 32 renglones, el salario más alto para trabajadores estatales es de 9510 pesos. ¿Cómo Díaz-Canel y su esposa pueden acceder a semejantes productos de lujo?
Cuando le hago esa pregunta a mi amigo de Facebook, me responde que las empresas capitalistas hacen regalos. Yo le digo que los Cuadros del gobierno y del estado firman un código de ética donde tienen prohibido recibir regalos. Entonces me dice mi amigo, quizás sean productos fake..productos chinos de ningún valor.
De todo esto lo que más me asombra es el enorme esfuerzo hecho por mi amigo de Facebook por restarle importancia a un asunto que en estos días ha acaparado titulares en la prensa nacional e internacional: el tema de la corrupción en el gobierno cubano. Si hubiese en Cuba un ente fiscalizador que vigilara el nivel de vida de los dirigentes cubanos e investigara cómo acceden a recursos fuera de sus ingresos personales, quizás mi amigo no tendría que empeñarse tanto en restarle importancia a un asunto tan importante como la probable corrupción.
La transparencia sobre los recursos de todo tipo a los cuales acceden los gobernantes, es nula. Solo nos enteramos por internet de sus niveles de vida. La prensa cubana no concibe el cuestionamiento a los dirigentes como parte de su trabajo. Hoy se hace más necesario que nunca debatir temas como estos en la ciudadanía común, partiendo del hecho de que esos dirigentes con esos exuberantes niveles de vida son los que han hundido en la miseria a todo un país.