Matanzas.- Un proverbio árabe nos advierte: El hombre no puede saltar fuera de su sombra… He tenido el privilegio de vivir cerca de algunos y algunas, que abren el agujero y no solo saltan, los he visto volar hasta esa altura donde las sombras no se pueden atrapar y el aire las condena a la luz.
Se trata del caso de Ulises Rodríguez Febles y de ese espacio con grandes raíces que es la Casa de la Memoria Escénica.
Cumple 30 años en el difícil ejercicio de atesorar las memorias de la escena cubana y más allá. En diferentes momentos mi hacer, mi vida, se ha entrelazado con la de la Casa… Soy testigo de toda la energía que implica, la atención que demanda, la constancia, el rigor, las extensas cuotas de tiempo personal y colectivo que la han ido construyendo…
La vitalidad que hoy les acompaña es el resultado de una coherencia extensa. La claridad de quienes han ideado el proyecto y el compromiso de aquellos colaboradores, trabajadores, amigos que lo han hecho suyo.
Este 29 de abril, la casona 28007 de la calle Milanés sentirá la alegría de quienes la habitan, el agradecimiento de los visitantes. No podía haber mejor preámbulo que los recientes exitos de Ulises. El éxito llegaría, es un labrador que no se detiene y arropado en su talento, construye, construye. Prefiero creer que no es casual el momento, que el júbilo del premio será terreno fértil para que una institución ya madura, continúe la siembra, añada a la cosecha.
Hay otra nota de sabiduría oriental que encierra con brevedad, uno de los matices capitales a la hora de alcanzar metas: Una sola mano no puede aplaudir… La Casa son muchas manos y todos aplaudimos hoy. Muchas felicidades Ulises, Casa de la Memoria Escenica. Nuestro agradecimiento.