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EL COMANDANTE AVESTRUZ, UN HIJO DE HIENA

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Por Esteban Fernández Roig
Miami.- Este tipejo llamado Guillermo García Frías, nacido en El Plátano, en Oriente, logró ser reconocido por muchos cubanos después de su absurdo anuncio de que la hambruna dentro de la población cubana sería resuelta con avestruces, cocodrilos y jutías.
“Un avestruz produce más carne que una vaca”, dijo este viejo mequetrefe e H.P.
Su vida está marcada por una inicial victoria personal, su “gran heroicidad” residió en que trabajando de arriero de mulas del traficante de marihuana en la Sierra Maestra, Crescencio Pérez
Este le encargó el mandado de que -después de haber sido avisado por Celia Sánchez- fuera a encontrarse con un grupo de expedicionarios dispersos por el monte, que andaban huyendo despavoridos después de haber sido recibidos a plomazos por las tropas gubernamentales.
Los encontró, los salvó, los llevó a un lugar seguro de la Sierra llamado “Cinco Palmas” y de paso recogió todos los rifles que estos habían dejados abandonados en el corre corre. Por lo tanto, fue el primer guajiro que se unió al recién creado Ejército Rebelde. Eso fue todo…
Como es un animal vestido de verde olivo, fracasó en todo, entonces le permitieron que se dedicara a lo suyo, “a vivir mejor que Carmelina”, y lo pusieron a criar gallos súper finos y valiosos, está al cuidado de caballos de raza, a dirigir la Finca Alcona donde se llevan a cabo las mejores peleas de gallos -de Cuba y supuestamente de Latinoamérica- dentro de una revolución que alardea de haberlas prohibido desde 1959.
Salvó al monstruo inicialmente y después se ha pasado toda una vida aplaudiendo todos los crímenes y abusos de la tiranía. Maldito seas, Guillermo García Frías.
Pero, repito, donde se hace completamente digno de odiar es cuando se apareció con la payasada de las jutías, lagartos y las avestruces, y acto seguido debe haberse ido a comer un buen lechón asado, atusar un gallo y manosear a una guajirita humilde y necesitada.
Con una sola anécdota se puede definir a este alcornoque e hijo de hiena: En una reciente fiesta por su cumpleaños le presentaron a sus innumerables hijos y Guillermo poco a poco les iba preguntando: “¿Y tú, mijo, cómo te llamas, de quién eres hijo, cómo se llama tu madre?”

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