Por Inés Casal
La Habana.- Mientras una Asamblea Nacional, que agrupa a renombrados científicos, artistas, intelectuales, profesionales, directivos, que debe representar al pueblo cubano y defender sus reclamos y derechos, con una falta de ética y civismo jamás vistos en nuestro país, durante los pocos años de República, se alinean a los intereses miserables de una casta corrupta y oportunista, CUBA MUERE.
Mientras observamos impávidos cómo nuestra Patria se sumerge en una espiral de violencia, de miseria, de falta de dignidad y decoro, de egoísmo, de destrucción en todos los ámbitos: de inmuebles, de infraestructuras, de civismo, de moral… CUBA MUERE.
Mientras, ante el asesinato de jóvenes inexpertos del Servicio Militar Obligatorio, enviados a una muerte segura y espantosa, bajo las órdenes criminales de quienes no tuvieron el valor de enfrentar lo que, por demás, era de su absoluta responsabilidad; o cuando, ante un niño ahogado de forma totalmente evitable, mientras regresaba de su escuela a su hogar, buscamos el culpable en cualquiera, menos en el verdadero, mirando hacia otro lado, con una indiferencia bochornosa, rogando porque no nos pase con nuestros hijos o nietos, CUBA MUERE.
Mientras humillamos, nos burlamos, acusamos a nuestros ancianos -que ya bastante pagan sus “pecados”, olvidados por un régimen que les debe tanto- y los herimos con frases como: “Se lo merecen, ahora no se quejen”, olvidando que todos tenemos un poco de responsabilidad en la falta de dignidad y decoro en la que sobrevive nuestra Patria; y tal vez ocultando con esa actitud la cobardía de no enfrentar nuestras conciencias, CUBA MUERE
Mientras nos enfrascamos en discusiones estériles y apasionadas, más importantes y necesarias en otros escenarios, entre hermanos que -decimos- luchamos por un mismo ideal, reeditando las ocurridas durante la década de 1870, entre “aldamistas” y “quesadistas”, que respondían más a intereses personales que a la lucha por la Independencia de Cuba del yugo español y que retrasaron e, incluso, influyeron en el desastre que fue la Guerra de los 10 años, CUBA MUERE.
Mientras discutimos, de forma acalorada e intolerante, quiénes tienen la razón o son mejores, siguiendo una clasificación burda y pueril, si los de extrema izquierda, izquierda, centro izquierda, centro derecha, derecha, ultraderecha (disculpen si olvidé alguna denominación, ¡es que son tantas para mi ignorancia política!) y a quiénes debemos seguir o unirnos, CUBA MUERE.
Mientras, con una cobardía y falta de humanidad realmente increíbles, seguimos en nuestra zona de confort, callados ante tantos crímenes y tanta corrupción y tanto oportunismo, mirando hacia otro lado, sin importarnos lo que les pase a otros, convencidos de que no les pasará a nuestros hijos, pero dejándoles un ejemplo de cobardía y falta de dignidad y decoro que, alguna vez, aborrecerán, CUBA MUERE.
Mientras cacareamos que es el pueblo el culpable de lo que sufre, por no enfrentarse a una dictadura que recibe el apoyo, no solo interno de los que viven del dolor de un pueblo hastiado de tanta hipocresía, sino de muchos gobiernos del mundo que solo ven en Cuba la oportunidad de aprovecharse de sus recursos y de sus necesidades, y olvidamos los miles de verdaderos valientes patriotas torturados, asesinados o recluidos en cárceles inmundas durante más de seis décadas; y olvidamos a los miles que se siguen pudriendo y muriendo encarcelados por pedir solo Libertad para su pueblo, CUBA MUERE.
Mientras sea más importante intentar imponer nuestros criterios, nuestras opiniones, nuestras razones, sin perder la oportunidad de mostrar nuestra vanidad, nuestra intransigencia, nuestra intolerancia hacia otro criterio, otra opinión u otra sugerencia, sino con el único interés de ganar una discusión y con el único placer de ofender, calumniar, desacreditar a otro hermano de lucha, CUBA MUERE.
Hasta que no comprendamos, de una vez y por todas, que nuestras flechas deben dirigirse en una sola dirección: la denuncia constante de que Cuba está en manos de una cúpula criminal y oportunista que aplasta y seguirá aplastando a nuestra Patria, con su inmenso poder e impunidad, ayudados por una mafia represiva y asesina, CUBA SEGUIRÁ MURIENDO.
¿O SERÁ QUE CUBA YA ESTÁ MUERTA?