Por Eduardo Díaz Delgado ()
La Habana.- Si no vives debajo de una piedra sabes que el día 7 de Marzo, el «combativo pueblo» de Río Cauto (que nos vendieron como aguerridos y resistentes en TV) se lanzó a las calles a reclamarle al gobierno por la pésima situación que se vive en Cuba.
La prensa estatal, oficialista y panfletera, resume el hecho con el «intercambio» de los amados dirigentes con el pueblo «insatisfecho».
Con las situaciones que ellos mismos señalan que se debatieron es suficiente para justificar una huelga general, una manifestación masiva y un levantamiento popular irreversible en cualquier país del mundo. Pero el oficialismo lo describe como insatisfacciones que deben canalizarse a través de los mismos que las crean. Un país sin corriente, con desabastecimiento alimentario, sin transporte, con problemas en el abastecimiento de agua y en el que el estado se demora en pagarle a sus trabajadores es un país fallido, un estado fallido, defectuoso e inservible.
Pero eso no queda ahí, las personas que se destacaron fueron «conducidas», o sea presas, y después mostradas en redes como arrepentidas. Yo me pregunto: ¿por qué? ¿Acaso es injusto protestar por el mal trabajo gubernamental? ¿Esas «insatisfacciones» son una mentira o es que no podemos estar insatisfechos ante tales carencias?
El gobierno cubano es incapaz de gobernar de forma ni medianamente mediocre, es un desastre y cualquier grupo de personas distinto a ese lo hace mejor. Hay miles de cubanos que viven en Cuba que lo harían mejor. ¿Por qué la solución tiene que ser a través y con el grupo de gobierno actual, o con la «Revolución» que ha ido degenerando al país en el desastre que es hoy?
Si ellos no pueden, que no pueden, gobernar bien, que se quiten, que dejen que la gente elija entre el proyecto actual y uno diferente. No asuman que los Cubanos tenemos que estar condenados a un gobierno más que mediocre y a una cúpula incapaz, a un presidente inepto y a una familia que se cree dueña del país.
Ellos parecen haber perdido toda la vergüenza que les podía quedar. Nosotros necesitamos sacarnos de arriba a los plomos estos, son unos ineptos incapaces. Necesitamos empezar por coger a todos los que los apoyan (ya sea porque están ciegos aún, o porque tienen miedo al cambio, o porque son unos descarados vividores mientras el palo va y viene) y mirarnos a los ojos y decir basta.
Si no les damos un baño de realidad o dos buenas ga…s, nos va a coger el 3 mil y una hambruna peor que la de Valeriano Weyler (los que no sepan quién es, busquen en Google, esto no es primaria). ¡Ponte las pilas!
