LOS PRESOS POLÍTICOS Y DE CONCIENCIA EN CUBA… ¿QUÉ HA CAMBIADO?

LECTURASLOS PRESOS POLÍTICOS Y DE CONCIENCIA EN CUBA… ¿QUÉ HA CAMBIADO?
Por Ivette García González (CubaxCuba)
Los presos políticos, la lucha por su libertad incondicional y los derechos humanos, son posiblemente los temas de mayor consenso entre los sectores democráticos cubanos. Muestran la esencia de la dictadura y develan la injusticia que convierte en víctimas a miles de ciudadanos. Los últimos cuatro meses son muestra de ello.
La prisión política y de conciencia ha sido compañera de viaje permanente de la Revolución cubana y del régimen totalitario implantado en su nombre. Tiene más visibilidad desde 2021, por la apertura de Internet y la agudización de la represión. Actualmente se castiga lo mismo a quien grita una consigna, publica un meme en redes sociales o intenta visitar a un disidente.
Desde 2018 el Partido/Gobierno/Estado perdió el monopolio de la información. Ya la gente sabe lo que ocurre y descubre en muchos casos lo que ocurrió antes. Atrás quedaron los tiempos en que «Nadie escuchaba», en que demoraban meses para que un papelito de un preso político pudiera salir de prisión y llegar a alguien que denunciara. Hoy se conocen en obras, redes sociales y audiovisuales. Menciono ejemplos: «Prisioneros de guerra», «Plantados», «Plantadas» y «Gusano».
Sobre el ayer más reciente se puede saber asimismo a través del programa de historia oral Voces de Cuba y, más recientemente, por otros escritos y documentos como: «Cuadernos carcelarios, relatos desde las prisiones de Cuba», «Libres desde adentro», «Después del 11 de julio. Testimonio de presos y familiares del 11 de julio» y Voz cautiva (poemas escritos en la cárcel), de la poeta presa política María Cristina Garrido.
ENTRE EXCARCELACIONES Y OLA REPRESIVA
Sucesos importantes ocurrieron desde noviembre de 2024 hasta hoy, dentro y fuera de Cuba, respecto a los presos políticos y los derechos humanos. Algunos con terribles evidencias y consecuencias.
1. En noviembre 2024, de acuerdo con subregistros de Prisoners Defenders (1 y 2), habían 1.148 presos políticos. Al cierre de enero de 2025, pasadas las excarcelaciones, sumaban 1.150. No han dejado de encarcelar. Algunos fueron liberados por cumplimiento de sus condenas, y se otorgaron unas pocas licencias extrapenales y libertades más que condicionadas, manipulando así el supuesto acuerdo con el Vaticano.
Continuamos en destacadísimo nivel mundial en población penal. Pasamos del quinto al segundo lugar en seis años. No alcanzan ya las cárceles, por eso convierten las escuelas en prisiones. Ironías de la «Revolución».
2. Al gobierno cubano no le importan la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ni las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela). Tampoco la Constitución, leyes o reglamentos propios. A los presos políticos se les continúan violando múltiples derechos. A otros les inventan indisciplinas para revocarles algún beneficio.
Un estudio reciente de Prisoners Defenders muestra patrones de negación de beneficios penitenciarios a presos políticos. El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, registró 2 395 incidentes represivos y violatorios de derechos humanos en cárceles de la Isla entre marzo 2023-junio de 2024, según informe publicado.
Además de denuncias referidas a alimentación y situaciones de salud, el 75.4% fueron acciones de hostigamiento y represión: golpizas, reclusión en celdas de aislamiento, torturas físicas y tratos denigrantes, abuso sexual, negación de beneficios, encarcelamiento sin juicios y juicios sin acompañantes, privación de asistencia religiosa, negación y vigilancia de llamadas telefónicas, prohibición de visitas y amenazas de traslado a prisiones de otras provincias.
3. En el oscuro mundo de la cárcel en Cuba, los presos políticos son víctimas de represores profesionalizados; también de presos comunes usados para castigarlos a cambio de cualquier beneficio. Como si fuera poco, soportan:
– Carencia de agua potable.
– Robo de comida por las autoridades, reducción de raciones, mala calidad de los alimentos, algunos en descomposición. En consecuencia, sufren desmayos, disminución acelerada de peso, desnutrición, proliferación de enfermedades por déficit alimentario
– Escasez de medicamentos, de personal e insumos clínicos, desatención médica y falta de independencia del personal de la salud. De ahí el incremento de graves enfermedades y fallecimientos entre las personas presas.
REPRESIÓN FUERA DE LAS PRISIONES
4. Por si fuera poco, la represión contra las familias de los presos políticos es terrible. El Grupo «Justicia 11j» ha publicado un Informe que sistematiza cifras y patrones de comportamiento represivo de las autoridades contra este segmento de la ciudadanía.
Al menos se contabilizan 250 eventos y 80 víctimas entre marzo 2023 y junio 2024. De ellos, el 94% fueron incidentes de hostigamiento y represión, con alarmante prevalencia de violencia física, verbal o psicológica de funcionarios estatales y paraestatales.
Entre los primeros destacan el acoso (más generalizado); limitaciones a la comunicación, obstáculos a las visitas, regulación de salida del país, citaciones a interrogatorios, descrédito público, amenazas, sitios policiales, detenciones, violencia física y represión a protestas.
La Seguridad del Estado fue la institución que cometió el 65% del total de acciones de represión registradas, seguida de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). En 65 eventos, los comisores de las infracciones pertenecen a otras instituciones: sistema penitenciario, Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA), civiles a nombre del Estado, sistema educativo, sistema judicial, y otros.
La represión actúa como sistema, posiblemente el único que funciona en Cuba. La Seguridad del Estado se vale en muchas ocasiones de otras instituciones para reprimir, lo cual hace suponer que podría ser mayor el número de incidentes a los que está vinculada.
¿SOLO SE MATA CON UN TIRO?
5. En apenas tres años y cinco meses de monitoreo, 650 de los presos políticos cubanos recluidos se identificaron, al cierre de noviembre, con patologías médicas causadas y/o agravadas como consecuencia del maltrato. Si fuera de las rejas no es noticia la casi nula medicina preventiva, la escasez de medicamentos y la falta de personal sanitario calificado para la atención de padecimientos básicos; ¿qué puede esperarse de las prisiones y los presos políticos? Abundan los cuadros de desnutrición generalizada y hambruna, y no es casual que varias muertes en prisión se asocien a la mala alimentación.
Existen otras circunstancias agravantes: hacinamiento, suciedad y mala calidad y deficiente acceso al agua potable. Proliferan así brotes de enfermedades contagiosas y de algunas perfectamente tratables. Solo en enero pasado, cinco muertes en prisión ocurrieron como resultado de golpizas o de negligencia de las autoridades ante emergencias de salud. En definitiva, las pésimas condiciones sanitarias, de alimentación y la falta de atención médica, son el día a día.
6. Las mujeres sufren doblemente la represión, tanto dentro como afuera de la cárcel. Sean jóvenes y adultas, madres, esposas, hermanas. La discriminación política es transversal y principal, en Cuba se incrementa al asociarse al color de la piel, género y edad. De acuerdo con el estudio de Prisoners Defenders sobre sentencias y peticiones fiscales, de las cuarenta y dos mujeres encarceladas sin antecedentes penales, seis deberían recuperar su libertad sin limitación alguna, y treinta y seis deberían disfrutar de libertad condicional.
«Justicia 11j» ha denunciado desde hace un año, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), patrones de abuso de poder y violencia institucionalizada contra mujeres presas en Cuba. Pero el gobierno cubano también se burla de las Reglas de Bangkok, establecidas por las Naciones Unidas para el tratamiento a las reclusas. Y en las referidas acciones represivas contra las familias, de las ochenta víctimas, sesenta y seis son mujeres y catorce hombres.
¿COINCIDENCIAS?
Al mismo tiempo, en enero pasado ocurrieron excarcelaciones-represión-encarcelamiento. No es simple coincidencia. El sistema es cruel y perverso. Mientras por un lado hace excarcelaciones súper condicionadas con impacto mediático; por otro incrementa la represión y ofensiva, tanto dentro como fuera del país, en especial en España y EE.UU.
7. Solo en ese mes se registraron 244 incidentes represivos. De ellos, 75 ocurrieron dentro de prisiones y centros de detención y, entre estos, 71 constituyeron violaciones de derechos de los reclusos. Treinta tipos de violaciones pueden identificarse: las más reiteradas fueron acciones de hostigamiento y represión (48), negación de atención médica (16), malas condiciones de vida en prisión (13), restricciones a la comunicación (10), problemas con la alimentación (10) y golpizas y torturas físicas (9).
En total, hubo violaciones en 32 cárceles y centros de detención de 12 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud. La mayor cantidad en La Habana, Mayabeque y Camagüey. Entre las prisiones, en las del Combinado del Este (La Habana), Kilo 8 (Camagüey), la de Melena del Sur y el campamento de trabajo forzado Ho Chi Minh, de Mayabeque.
PRESOS POR QUERER UN PAÍS DIFERENTE
8. La composición de la prisión política también ofrece luces respecto a la brutalidad de la represión en Cuba y a la diversidad y calidad humana encarcelada. Se encuentran en condición de presos políticos: obreros agrícolas y urbanos, pescadores, estudiantes, cuentapropistas, desempleados y profesionales, entre ellos intelectuales poetas, escritores, maestros y artistas. Niños que se han vuelto hombres en prisión, mujeres, jóvenes, adultos y ancianos.
El caso cubano no es tan visible por la naturaleza del régimen, que mantiene las prisiones sin acceso a observadores independientes, sean nacionales o internacionales. Por lo general, no mata en público a mansalva. Aplica terrorismo de Estado para impedir a toda costa el disenso, la protesta y la existencia de una sociedad política y civil independiente. Le sirve también la manipulación de la opinión pública y la victimización, de la que hace gala a nivel mundial.
El gobierno cubano no reconoce a los presos políticos. No puede pues, ¿cómo lo explicaría a la comunidad internacional? Nótese que las Reglas de la ONU para trato a reclusos y mujeres encarceladas ―aunque válidas para todos los contextos―, están diseñadas para presos por delitos comunes y civiles. De ahí los subterfugios que atribuyen delitos comunes a quienes disienten, la falta de transparencia y el cierre de las prisiones a escrutinio público.
Por todo eso, y más, no son opciones el silencio y el olvido de los presos políticos cubanos. Decía el pensador africano Dui Du Die: «El verdugo mata dos veces, la segunda vez con el silencio». Y el escritor y filósofo francés Ernest Renan advirtió: «Los silencios y los olvidos también hacen [a] las naciones, pero hay olvidos que deberían avergonzarlas». Muchas voces se han alzado en la Isla y fuera de ella, porque Cuba duele se esté donde se esté. Sobran experiencias, conviene preguntarnos qué hemos hecho y si es suficiente. Dejo pendiente la respuesta.
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Imagen principal: Sasha Durán / CXC.
Ivette García González es Doctora en Ciencias Históricas, Profesora Titular y escritora cubana.

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