EL CANCILLER DE SURINAM, NUEVO SECRETARIO GENERAL DE LA OEA EN TIEMPOS REVUELTOS

REPORTE ESPECIALEL CANCILLER DE SURINAM, NUEVO SECRETARIO GENERAL DE LA OEA EN TIEMPOS REVUELTOS

México DF.- Fomentar un «diálogo abierto», incluso con el dirigente venezolano Nicolás Maduro, e «interactuar» con Estados Unidos son algunas de las prioridades de Albert Ramdin, el canciller de Surinam elegido este lunes secretario general de la OEA para los próximos cinco años.

El diplomático de carrera se convertirá a partir del 25 de mayo, cuando concluye el mandato del uruguayo Luis Almagro, en el primer caribeño a la cabeza de la Organización de los Estados Americanos, creada en 1948.

Como era el candidato único tras la retirada del paraguayo Rubén Ramírez, Dominica y Perú pidieron que los 34 países con derecho a voto eligieran a Ramdin por aclamación.

A sus 67 años regresa por la puerta grande a la OEA, de la que fue secretario adjunto entre los años 2005 y 2015.Y llega con «una mente abierta a diferentes perspectivas» y una lista de tareas entre las que figura hablar de dinero con Estados Unidos, uno de los principales contribuyentes financieros.

Espera convencerle de que el dinero que invierte le beneficia, por ejemplo en seguridad, ahora que el presidente estadounidense Donald Trump pidió a su asesor Elon Musk que meta tijera en los gastos federales y retiró al país de organizaciones internacionales.

«Tienen una visión diferente con respecto al multilateralismo», reconoció Ramdin en rueda de prensa sobre Estados Unidos, que no para de amenazar con aranceles a sus socios.

Por de pronto Ramdin se propone «racionalizar mejor» la institución, reduciendo si fuera necesario «el número de secretarías», y desarrollar «una estrategia de movilización de recursos» que implicaría al sector privado.

Uno de sus credos es el diálogo, incluso con los medios de comunicación, de los que Almagro huye.

«Para resolver los problemas es necesario dialogar. Es necesario hablar. Si uno se excluye de esa oportunidad, entonces ha cerrado la puerta a la influencia y a la búsqueda de soluciones», declaró cuando un periodista le preguntó por la posibilidad de negociar con Maduro, un tema divisivo en la organización.

Considera importante definir «cuál es el estatus real de Venezuela», que decidió salirse unilateralmente de la OEA hace años. Estuvo representada por un enviado del opositor Juan Guaidó, considerado presidente interino por varios países hasta enero de 2023, y desde entonces no participa en ella.

Algunos países le han pedido que no se quede de brazos cruzados ante la situación en Venezuela, que el embajador argentino ante la OEA, Carlos Cherniak, consideró «particularmente alarmante».

El canciller peruano Elmer Schialer insistió en que la organización permanezca «fiel a los principios de la carta democrática interamericana y siga abordando la crisis política y democrática» en el país caribeño.

«Nunca se debe hacer la vista gorda» ante la «tiranía», recalcó Michael Kozak, un alto cargo del Departamento de Estado, quien ha dejado muy claras las prioridades de Trump, enzarzado en una cruzada contra la inmigración ilegal y los cárteles de la droga.

«Le pedimos que priorice los esfuerzos para garantizar la seguridad de las fronteras de todos los Estados miembros, promover la aceptación de los nacionales repatriados, garantizar que se «implementen los requisitos de visa y mejorar las condiciones económicas», dijo.

Ramdin prometió también prestar atención a Haití y Cuba, pero desde el conocimiento de que son «temas delicados» y como tales no se resolverán «mañana o el día siguiente o la semana que viene».

Se centrará menos en Nicaragua porque «está oficialmente fuera de la organización», explicó a periodistas.

China, un observador sin derecho a voto cuya sombra alargada se proyecta sobre la OEA, es el otro tema en mente de todos.

Sin mencionarla, el representante de Estados Unidos arremetió contra «los actores antidemocráticos» de la región, apoyados por adversarios malignos extracontinentales que buscan expandir su influencia».

La asamblea general extraordinaria de la OEA celebrada en Washington dejó de manifiesto las divisiones entre la derecha y la izquierda.

La secretaria de Relaciones Exteriores de Brasil, Maria Laura da Rocha, fue implacable.En vez de «resguardar la independencia y los canales de comunicación» se ha «tomado partido en disputas internas generando el efecto contrario al pretendido», con lo que la OEA «perdió legitimidad», argumentó.

Aunque fue el día de Ramdin, muchos países mencionaron a Almagro, aplaudido y denostado a partes iguales.

«No admitimos que se repita la deplorable historia de conspiración y de injerencia protagonizada por el anterior secretario general», advirtió la canciller boliviana, Celinda Sosa Lunda, cuyo país celebrará elecciones generales en agosto.

Después de una década al mando, Almagro dejará la OEA «en las mejores manos», según sus palabras.

El mundo vive «un cambio de época», explicó el viceministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano Carlos Játiva, lo que obligará a Ramdin dirigir «en medio de un temporal». (AFP)

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