Por Oscar Durán
La Habana.- Por si ustedes no se acuerdan, Río Cauto se ganó la sede del 26 el año pasado en la provincia Granma y también fue testigo de la visita de Díaz-Canel, donde par de viejas sin dientes se erizaron e invocaron a Canel como si fuera un Dios.
Después de eso, Río Cauto volvió a desaparecer del mapa y más nunca supimos de ese municipio, hasta hace unos días, cuando Mayelín Carrasco Álvarez decidió protestar por tanta necesidad y más tarde el pueblo se tiró a las calles en solidaridad con Carrasco.
Aplaudo el gesto de los riocautenses, en especial el de todas esas mujeres valerosas que le descargaron en su misma cara a los sinvergüenzas del Ministerio del Interior toda esa rabia que llevan por dentro.
Quien sí no demostró nada fue Yudelkis Ortiz Barceló, la primera secretaria del Partido en Granma, una mujer tan básica que en vez de parecer una dirigente, es lo más cercano a una compradora de cualquier pedacito de oro.
“La Revolución no le va a quitar nada de lo que le ha dado. La Revolución fue la que le dio la electricidad. ¿Qué era Río Cauto antes del triunfo de la Revolución? Todo aquí es gracias a la Revolución”, dijo la Barceló.
Si uno analiza bien esas palabras, se da cuenta que hasta los dirigentes están improvisados en este país. Una secretaria del Partido no puede expresarse así, como si fuera una persona recién alfabetizada por Sandro Castro.
Esos son los dirigentes de hoy, personas brutas, sin un liderazgo, sin presencia. Esa señora no impone un respeto, parecía más bien una trabajadora cualquiera del Central Fernando Echenique.
El día que el pueblo saque toda su rabia y esta gentuza caiga de una vez y por todas, Ortiz Barceló irá a parar directamente a un organopónico a guataquear la tierra, si antes alguien no hace justicia por sus propias manos.
Un dirigente no puede dirigirse de esa manera ante las masas. Veo las imágenes y no concibo cómo esa mujer llegó a ser la mandamás de una provincia. Ahí te das cuenta el por qué uno dice que la dictadura tiene sus días contados, pero nosotros no acabamos de darle el empujón definitivo.
A mí ninguno de ellos me representa. Ni sentido común tienen. Que si el bloqueo, que si la Revolución lo ha dado todo, que si Fidel es un Dios, que si Raúl es esto, que si Díaz-Canel lo otro. Imbéciles.
Ahora mismo en Río Cauto no hay luz, el verdadero logro de la Revolución. Ayer hicieron una especie de feria, vendieron cuatro granos de arroz, cinco de chícharos, y todo el mundo contento por esa gran “proeza”.
De todas maneras, no se puede minimizar la gesta de los riocautenses. Así es como es, pa´la calle. La próxima vez que un dirigente venga a hablar de bloqueo delante de cientos o miles de almas infelices, deberíamos preguntarle cómo diantres se pudo burlar el bloqueo en la construcción de la Torre K.
Quedarse callado ante una imbécil, nos hace más imbéciles de la cuenta.
