¿FERIA DEL LIBRO EN APAGÓN?

CUBA¿FERIA DEL LIBRO EN APAGÓN?
Por Yoandy Izquierdo Toledo ()
Pinar del Río.- Ayer, 5 de marzo, inició la Feria del Libro en la más occidental de las provincias cubanas. Como dice una amiga muy entusiasta: “sin pena ni gloria”. La prensa oficial, repleta de eufemismos, ha expresado que se desarrollará, esta vez, en un “contexto energético adverso”.
Algunos consideran que caótico, porque no hay otra forma de llamar a 30 horas seguidas de apagón o a semanas y meses con cortes de electricidad que dejan unas pocas horas al día con el servicio tan necesario, sobre todo en un país donde implementaron, hace varios años, la “revolución energética”. Otro eufemismo para llamar a la venta y distribución de electrodomésticos para “aligerar” la vida. Luego se reanudaron los apagones, luego escaseó el gas licuado y el problema se vuelve, como bola de nieve que rueda, de mayor tamaño cada vez.
Pero la reflexión no va hoy, esencialmente, dirigida a los apagones. Literalmente a veces es mejor no perder energías en algunos temas cuya solución no parece estar en el ciudadano de a pie. Aunque parece que tampoco encuentra responsables porque desde las estructuras de poder, los ministerios y las instituciones, se continúa tratando el tema por las ramas, sin llegar a reconcer el problema como sistémico y que se trata de un mal de fondo.
No quiero, como no creo que sea una persona de ese tipo, llegar al pesimismo, porque vivo y trabajo con la esperanza de que la noche no será eterna, y no precisamente a propósito de los apagones. Sin embargo, comparto como muchos pinareños y como muchos cubanos la idea de que:
⁠Si el país, si la provincia, no tienen la capacidad de generar la electricidad necesaria ni para mantener los servicios más elementales como los cuerpos de guardia de policlínicos o las escuelas o círculos infantiles que necesitan elaborar los pocos alimentos para brindar el almuerzo, ¿es necesario realizar inversiones en montaje, vigilancia, seguridad e iluminación en una feria local?
⁠Si, desgraciadamente, no existe una buena y variada oferta de libros; si por otro lado se fomenta la digitalización, el uso de las tecnologías, el paso a los formatos electrónicos, ¿que queda para ofrecer en una Feria del Libro? ¿Gastronomía? ¿Recreación? Son complementos, pero no la esencia. Hace mucho tiempo que el pueblo cubano olvidó que “leer es crecer”. Duele decir que, incluso desde las instituciones educativas, no se fomentan los hábitos de lectura. Se leen múltiples mensajes de las redes sociales, aplicaciones de mensajería como Whatsapp, pero cuesta abrir un buen libro, llegar al formato impreso o visitar las bibliotecas.
Si todo el año las pocas librerías que tenemos no venden, no tienen novedades editoriales, se han convertido en expendios de otras cosas, ¿que sentido tiene sacar fuera lo que dentro de estos locales nunca tuvo salida, o colocar, como para dar idea de cantidad, algunos volúmenes empolvados en almacenes?
⁠Con los grandes apagones que sufre el pueblo pinareño, ¿cómo explicarle a los muchos ciudadanos que piensan que la Feria es un gasto de recursos innecesario, que están equivocados? ¿Se trata de la teoría de “hacer más con menos” que siempre estará en detrimento de la calidad?
Soy de los que seguirá disfrutando de la lectura. He leído muchos libros, pero siempre me parecen pocos. Disfruto el olor de la imprenta, hojear de principio a fin los volúmenes. Amo y respeto el proceso editorial. Pero, sinceramente, a veces es mejor establecer prioridades. Cultivar la lectura no solo es cosa de feria. Es un problema de educación y es una manera de mejorar el alma, como decía Martí. Entonces, expendio de libros sí, pero recordando que la literatura es, también, “la bella forma de los pueblos”. No vivamos de espaldas a la realidad.

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