Por Ma Chete ()
La Habana.- Vivir normalmente, y hasta «humildemente» se ha convertido en otro imposible para los cubanos. Levantarse y tener agua para lavarse la cara y pasta de dientes para cepillarse.
Luego, tomarse un buche de café (café de verdad), desayunar un pedazo de pan con mantequilla y un vaso de café con leche mientras miras un documental por Multivisión un sábado en la mañana…
Pero no, la mayoría de los amaneceres en Cuba son sin corriente, muchos sin agua, y la pasta de dientes cuesta hasta un cuarto del salario mínimo, y eso, cuando la encuentras.
Unos 250 gramos de «café de verdad» cuestan lo mismo que una chequera, la leche no alcanza ni para nuestros niños, que muchas veces se quedan sin ella, y la mantequilla es un lujo que solo se pueden dar aquellos que le piden resistencia a éste pueblo que ya no puede más… O sí puede más, o qué sé yo…
Y todo lo arriba descrito serían solo 20 o 30 minutos en la vida normal de un ser humano… Imagínense contar las otras 23 horas y pico.