Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Hace unas horas salió a la luz una denuncia de Carlos Lazo, ese aliado incondicional del gobierno cubano en Estados Unidos, por las trabas que le pone la aduana de Cuba en los aeropuertos y porque no lo dejan entregar en persona el material que lleva para los maltrechos hospitales de la isla.
Las palabras de Lazo llevaban un mensaje claro y otro para encontrarlo entre líneas. El primero: el hombre se está cansando de arar en el mar, lo agobian las trabas, las pruebas que tiene que superar para ayudar a aquellos centros de salud donde no tienen con qué trabajar.
Y el segundo: ¿Por qué quiere la aduana, que es el gobierno, controlar las donaciones? Es entendible: si lo que trae Carlos Lazo va directo a los hospitales, los lugares donde se atiende la dirigencia no podrán contar con ellos.
Pero, como ocurre siempre, los aludidos de la parte gubernamental salen como gatos bocarriba a defenderse y esta vez no fue la excepción. Acá la respuesta del Minsap, comenzando conque Carlos Lazo “Ha faltado a la verdad”.
“Ha faltado a la verdad. Cuando no ha podido visitar el hospital, siempre se le ha enviado evidencias de la recepción de esos donativos en las instituciones”, dijo este viernes sobre el profesor Carlos Lazo, Yilian Jiménez Expósito, jefa del departamento de colaboración del Minsap.
Jiménez, una doctora oriunda de la provincia de Villa Clara, que nunca ha estado en una consulta, porque ha sido dirigente casi desde que vino al mundo y que fue hasta viceministra del Relaciones Exteriores, encargada de la colaboración médica, fue la encargada de salirle al paso a Lazo, el de Puentes de Amor.
“La visita a nuestras instituciones no es algo prohibido. Eso lo demuestran las recientes donaciones de Nachito Herrera y Aurora al hospital provincial de Villa Clara, con 24 toneladas de insumos y medicamentos. Las Hormigas Solidarias pueden dar fe de las múltiples visitas a las instituciones de salud”, dijo Jiménez.
“Quizás si el profesor Lazo no ha podido visitar una institución es porque su visita ha sido sin previo aviso, buscando un boleto de última hora, y no siempre se pueden visitar las instituciones para no interrumpir procesos asistenciales. No es cierto que se le haya prohibido entrar a las instituciones de salud; lo ha realizado todo este tiempo”, insiste la funcionaria.
También dijo que sin previo aviso no se pueden visitar esos lugares «porque desde el MINSAP trabajamos para que esa ayuda tan necesaria para este pueblo llegue con inmediatez y en la mayor brevedad posible”.
Carlos Lazo, residente en Estados Unidos, dijo en una publicación que “ya Puentes de Amor no puede visitar los hospitales pediátricos cubanos. Muchas personas me preguntan si ya no hacemos activismo, o si ya no llevamos leche en polvo e insumos médicos a los hospitales de Cuba. La realidad es que sí; hasta ahora seguimos enfrascados en nuestra tarea de llevar donaciones a Cuba. Lo que pasa es que, en la Isla, una regulación ‘misteriosa’, nos prohíbe visitar los centros médicos”.
Lazo olvida que esa leche que iba a los niños, también la necesitan Manuel Marrero, los generales nonagenarios, los casi centenarios dirigentes. Así que no es de extrañar que intenten controlarla desde el aeropuerto, como hacen cada día con cosas que llevan los cubanos que vuelven del exterior o que van a visitar a sus familiares.
“Desde unos meses acá, nuestra labor se ve ensombrecida por esta prohibición que obstaculiza e impide nuestro acceso a estas instituciones. Llegamos al aeropuerto de La Habana y ahí tenemos que entregar la carga, con la advertencia clara de que no nos está permitido ir a ninguna institución médica o comunitaria”, insistió Lazo.
“Esto es desafortunado. Uno de los argumentos que utilizan aquellos que, en Estados Unidos, se oponen a que llevemos ayuda a los hospitales de Cuba, es que esos insumos no llegan a los hospitales. Una de las maneras que teníamos de demostrar que esos insumos si llegaban a su destino era entregándolos personalmente en esas instituciones”, agregó.
Ahí está la denuncia de Lazo y la respuesta de Salud Pública. Para mí, hay gato encerrado detrás de todo esto. O se quieren quitar a lazo de encima, como han hecho muchas veces con otros que ayudan, o solo se han adueñado de todo lo que el ‘profesor’ ha llevado para repartírselo entre la camarilla dirigente, que me suena como más probable.
Los bares y los restaurantes de la familia Castro y sus allegados necesitan leche, equipos de limpieza, útiles de higiene…¿por qué permitir entonces que vaya a los hospitales, si los pueden enviar hasta allí?