Por Manuel Viera ()
La Habana.- Son como una familia disfuncional y llegan a lucir como sketch humorístico. Expertos en pisarse los callos y las mangueras unos a otros cuando alguien, amigo o enemigo, les hace la más mínima crítica pública.
Ahora le llamarán a su puente de amor y le dirán muy en privado: «tenías la razón pero esa no era la vía de decirlo».
Eso lo van a resolver, sin dudas, donde suelen resolverlo las parejas: dentro de algún cuarto cerrado, muy en privado y con una buena cena.
Para ellos, la imagen es lo más importante que hay en el mundo. Esa no se puede tocar ni con la más verdadera verdad porque la culpa de todo está siempre a 90 millas.
¡Así son ellos! Muchos de nosotros lo hemos vivido en carne propia.
Debo reconocer que disfruto mucho viendo egocéntricos, mentirosos y fanáticos tirándose de los cabellos.