Por Arnoldo Fernández ()
Contramaestre.- Todo colapsa: no hay agua, no hay corriente, sube infinitamente el precio del arroz, de los frijoles, de la carne…
Todo colapsa y alguien se empeña en decirnos que no es culpa suya, la culpa es de otro.
Más de dos meses sin agua, camino a los tres y la culpa es de otro.
La culpa siempre cae en tierra de nadie.
Todo colapsa, aunque las palabras se empeñen en decir lo contrario.
El agua la vi llegar cerquita, tan cerquita, que creí podía coger un poco y eliminar el desierto que se ha metido en casa y no quiere irse.
Todo colapsa y alguien pide resistencia, creatividad.
¿Cómo puedo hacer esas cosas sin agua, sin corriente?
Por mucha alma de Quijote que uno tenga, no hay Rocinante que camine si no tiene agua.
¿Hasta cuándo, Dios santo? ¿Hasta cuándo esta sed que dura tanto y me dejará seco, nos dejará seco a todos?
