Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- Ayer entré al muro de Facebook de una persona universitaria, con cierto prestigio, incluso lo llaman ‘Profe’ y desde luego el tío se hincha, saca los dorsales del conocimiento y su verdad absoluta y comienza a disertar de la historia, que domina a la perfección, pues indudablemente es una persona con cultura.
No crítico su pensamiento en contra de Trump, ni de «el agresor» Putin, faltaría más. Es su visión y se respeta. Lo que no me cuadra en su razonamiento es el soltar los dorsales del conocimiento haciendo despliegues históricos que nada tienen que ver con los tiempos actuales y que no tienen absolutamente ninguna analogía con las situaciones creadas por nosotros mismos.
Que si Churchil, que si Hitler, Maceo o Martí… Esta gente merecedora de un respeto por sus conocimientos, quizás le harían un favor a la humanidad si estuvieran dando clases de historia en algún tipo de centro educativo.
Me da lástima ver cómo personas preparadas pintan con la historia el cuento chino de la acusación y el destripe del adversario sin atenerse a hechos concretos actuales, de la historia actual y reciente, que tenemos delante de los ojos. Les vale todo.
Hay otros, sobre todo cubanos, de los «entendidos» de todo, salidos del cuento de nuestra niñez de «Quiero saberlo todo», que tienen el síndrome de la penetración y lo justifican todo con las agencias de inteligencia, el espionaje y la penetración desde adentro. Quizás no les falte razón en algo, pero hay que ponerle nombre y apellidos a los hechos y se limitan solo a la especulación, y eso no me vale.
Por último está el grupo que yo lo llamo de las banderas. Estos ni sabían de la existencia de Ucrania antes de la guerra y un buen día, por orden del gobierno, pusieron una banderita ucraniana en la puerta de su casa en solidaridad y apoyo con Ucrania. Este es el grupo cliente de la propaganda más feroz de Occidente, que por su falta de cultura, mastica y traga todo lo que le venden las televisoras occidentales.
Estos son los más proletarios e izquierdistas, los que apoyan a Sánchez y quien no piensa como ellos son de ultraderecha, Trump es un fascista, etc., etc.
Recuerdo hace quizás año y medio, cómo en La Sexta, haciendo gala de su pluralidad, invitaron a cinco tertulianos, que ganan tremenda pasta por ir a hablar allí pura mierda, y que no tenían conocimiento de hechos concretos, ni jamás habían tenido nada que ver con Putin ni con Ucrania. Y resulta que uno de ellos era una chica rusa, influencer, que se dedicaba a dar noticias sobre el terreno de los acontecimientos, incluso con corresponsales que le reportaban desde el lugar de los hechos.
Resulta que la chica exponía sus puntos de vista y los otros le ponían mala cara por su tremenda y evidente ignorancia, y mientras más avanzaba el programa los ignorantes iban subiendo de tono y el moderador del programa ni se metía por razones obvias. A la TV le habían dado su hoja de ruta y era inamovible. Aquello se convirtió en un gallinero y como no la dejaban hablar, la chica se levantó y se fue del programa.
Precisamente, está ignorancia es mayoritaria en Europa. Gente que prefiere quitarse la careta de la ignorancia y cobrar, a analizar, apostar por hechos concretos y en base a ellos exponer sus puntos de vista. Estos son los sanchistas del sí es sí, y el no es no.
Las redes sociales me van abriendo los ojos de la diversidad que siempre he reconocido, pero desde lo superficial, desde la falta de conocimiento, otros con conocimientos reales utilizando la historia del ayer para justificar lo injustificable con el lenguaje de «ultraderecha» y desde el odio
Viendo esto, no me extraña la politiquería europea que nos ha llevado a donde estamos y ahora nos lamentamos.
Sin fanatismos de ninguna clase, entiendo que para dirigir un país no basta con populismos y hablar lindo. Es necesario entender los procesos sociales y políticos y ser, ante todo, un estadista inteligente, y de esos quedan muy pocos en Europa. También hay que amar a su país, y no entro en si son dictadores o no. Eso es un tema ya de cada país.
Putin es un dictador, un asesino de sus rivales políticos, muy cierto, pero ¿alguien puede acusarlo de no defender la grandeza de su país, cuando Occidente ha utilizado a Ucrania, que se brindó para provocarlo?
Podrá gustarnos más o menos, pero los hechos están allí.
Trump, al que muchos califican de impredecible y loco, decidió no gastar más dinero en una guerra sin sentido e invertirlo en su país. No quiere seguir manteniendo la OTAN, mientras los europeos están de rositas. ¿Es eso criticable? ¿Alguien puede acusarlo de ser traidor a su país?
Europa en cambio ha sido relegada, al parecer, en las negociaciones de Paz por falta de credibilidad. Tuvimos tres años para buscar formulas y salida a una guerra sin sentido, pusimos muros en la comunicación con Moscú, dimos miles de millones de los contribuyentes a la guerra, hicimos más de 10 paquetes de sanciones y en eso nos entretuvimos.
¿Alguien puede acusar a Trump de esto?
Putin siempre se declaró partidario de negociar, incluso firmó la paz en Estambul con Ucrania, advirtió incluso de que perdería territorios, y ahora está negociando con Trump, y Europa, víctima de su gestión fantasmagórica, no es esperada por nadie.
No nos equivoquemos en valoraciones, y lo hablo alto y claro, una paz duradera y equilibrada firmada entre locos y dictadores es mejor que inyectar miles de millones a una guerra para que los políticos europeos se llenen los bolsillos sin pudor a costa de las muertes de otros.
