Por Anette Espinosa ()
La Habana.- El gobierno cubano sigue dando pasos sólidos hacia la dolarización total del país, y los da de a poquito, con calma, como para no crear alarmas, algo así como «sin prisa, pero sin pausa», como suelen actuar cada vez que se les mete algo en la cabeza.
Ahora toca el turno a la gasolina especial. Según uno de los voceros del castrismo, el periodista Lázaro Manuel Alonso, comenzará la venta de gasolina especial solo en dólares en los establecimientos de Cuba Petróleo (CUPET).
«Informa CUPET que desde hoy solo se venderá gasolina especial en los servicentros en USD. Explican que la decisión responde al déficit de ese combustible», dice el periodista en su perfil de Facebook.
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También agrega que «a partir de las 12 de la noche, las tarjetas del sector estatal habilitadas para la «especial» harán su conversión de manera automática a gasolina regular».
Eso quiere decir que el proceso es irreversible y que vamos directo a una dolarización total, que incluirá la venta de todos los bienes de consumo y posiblemente todos los servicios, incluyendo la electricidad, pero que no pagarán en dólares, como es de esperar.
Todo comenzó con los mercados. Primero el de 3ra y 70, como para tentar a la opinión pública, conocer un poco lo que piensa la gente, enviar allí a dos o tres reporteros a que les pregunten a los de siempre y publicar solo aquellas respuestas que a ellos les conviene que el pueblo vea.
En 3ra y 70 una anciana se refirió a la oferta con algo así como «acá la oferta es más variada, se observa también que los productos tienen más calidad». Otra advirtió que «las colas no son tan largas» y una tercera que «hay un buen clima en el lugar y mucha limpieza».
Con lo de la gasolina harán lo mismo. En unas horas aparecerán algunos, posiblemente agentes del gobierno o ciegos decrépitos, incapaces de ver hasta dónde nos han llevado, alabando la decisión de Manuel Marrero, Díaz-Canel y la familia Castro.
No quedará más remedio que tragar, que aceptar, que aguantar, como mismo hemos aguantado que desaparezca la comida, que no haya electricidad, que los niños no tengan ni pupitres o que en los hospitales no haya ni médicos ni medicamentos.
Poco a poco el castrismo va condicionando la vida de los cubano y las lleva al límite. Solo falta que un día la cúpula castrista diga que desde «hoy», que puede ser un día cualquiera, «ustedes -en referencia a nosotros, el pueblo, que no ellos- van a tener que vivir sin comer. Y el que consiga algo de comer estará fuera de la ley».
Ese día, el cubano puede que se dé cuenta de que lo han manipulado siempre, hasta conseguir acercarlo cada vez más a la muerte, que es el único objetivo de los dirigentes.