Por Ramón García Guerra ()
La Habana.- Sabemos que a una fiera no se le apacigua dándole trozos de carne que despierten su apetito. Luego se sabe que Vladímir Putin es un político moderado que se enfrenta a una lucha silenciosa por el poder al interior de Rusia. Significa que Trump se la está poniendo fácil a los ultra nacionalistas rusos, geófagos e imperialistas. Porque bajo la presión de éstos, Putin cedería e iría a cobrar la presa que le reclamen los mismos.
También se sabe que el Maidan en Ucrania fue un objeto en disputa en el contexto de la geopolítica de los imperios. Explica eso porqué, en el caso la soberanía del Estado ucraniano, tanto Estados Unidos como Rusia creen ser dueños de la situación. Para ellos Zelenski es apenas un títere. Entiendo que Rusia y Estados Unidos han hecho sus inversiones y tratan de recuperarlas.
Rusia pagó la deuda externa de la Ucrania soviética, subsidió el comercio con su vecino hasta 2014 y nunca recuperó los 300,000 millones USD que prestó a los ucranianos.
También los gringos le exigen una compensación a Zelenski; pero esa no es una deuda del pueblo ucraniano; todo lo contrario, este último debe de ser indemnizado por los daños causados.
Frente a esa realidad lo correcto es contestar a la geopolítica de los imperios con el internacionalismo de los pueblos. Debemos de estar de parte del pueblo ucraniano. Siendo así, la solución pasa por reconocer a todos los pueblos eslavos como pueblos europeos y siendo todos miembros de la Unión Europea, buscar una solución a las diferencias a partir de la voluntad de los pueblos, que es el soberano.
