Por Pedro Monreal (El Estado como tal)
La Habana.- Es poco seria la visión desbalanceada y con argumentos incompletos que intenta presentar la reciente oleada emigratoria de Cuba como efecto “directo y considerable” de un factor externo, con inferencias atropelladas y sin mirar “hacia adentro”,
Los factores externos, incluyendo los de tipo geopolítico como las sanciones de EE.UU y los conflictos en otras partes del mundo, tienen un impacto negativo en la sociedad, pero la actual crisis de Cuba -la emigración incluida- es multicausal (lo interno + lo externo).
La visión reduccionista que esencialmente “externaliza” las causas de la emigración parece enmarcarse en un enfoque oficial más amplio caracterizado por una notable carencia de autocrítica gubernamental, principalmente en cuanto a política económica.
Hay dos problemas al plantear la emigración como “un efecto directo y considerable” de medidas coercitivas: en realidad el efecto sería indirecto (vía el empeoramiento de las condiciones de vida), y habría que medir para saber cuan “considerable” pudiera ser el efecto.
El argumento de la nota toma datos cuantitativos de emigración y los relaciona con datos mayormente cualitativos, presentando un simulacro de correlación, pero es que incluso si hubiese correlación medible (que no la hay) eso no equivaldría directamente a una causalidad.
Un incremento notable en la emigración es compatible con una economía aquejada por una estanflación que parece no tener fin y por una compresión brutal de la remuneración de trabajadores. Todo eso ocurre en Cuba y tiene causalidades internas.
Un salto inflacionario en 2021 que se modera, pero con niveles que siguen siendo muy altos produce empobrecimiento masivo. La emigración funciona como salida racional a esa depauperación sostenida. Esa inflación es, en alto grado, el legado del “ordenamiento”.
Una situación de estancamiento económico que alterna años de escaso crecimiento con años de recesión, se combina con la alta inflación, en forma de “estanflación”, indicando una política inefectiva sin solución a la vista, y eso provoca emigración.
La compresión brutal de la remuneración de trabajadores como por ciento del PIB que se ha producido desde el “ordenamiento” indica una modificación de la distribución del ingreso nacional, descargando el costo del ajuste en los trabajadores.
La estanflación, el empobrecimiento, la falta de perspectivas claras de alguna solución y la erosión de la confianza en la competencia gubernamental para superar el marasmo económico usualmente operan como causas de la emigración.
Cuando la nota afirma que la emigración no puede ser entendida sin considerar el “contexto político” parece referirse solamente a su dimensión internacional. Sería apropiado que se abordase oficialmente la dimensión política interna.