Por Ulises Aquino ()
La Habana.- Por la importancia de los absurdos conceptos que se han manejado históricamente en la vida Económica y Cultural de la nación cubana, durante estos 61 años que me han tocado vivir, al menos a partir de mis experiencias, (que son casi el tiempo total de la revolución) considero muy necesario que mi público, mis amigos, y en general todos los admiradores que tiene mi trabajo en Cuba y el mundo, del cual nunca me he vanagloriado, a pesar de que mi obra ha sido pública y expuesta, considero que mi historia, contada por mi mismo, sirva a todos para entender lo duro, lo difícil y lo extremadamente complicado que he tenido que vivir para poder sobrevivir artísticamente.
Todo eso sin ceder a manipulaciones de ningún tipo durante 41 años de carrera y tratando de servir a quien, desde mis inicios, fue mi gran promotor, mi barrio de Luyanó y el pueblo de Cuba.
Por eso voy a dividir en Capítulos estas entregas, que en breve podremos exponer con imágenes y vídeos en una propuesta para todos en Youtube, y en las redes, como testimonio de los éxitos, conflictos y situaciones muy complejas que me tocaron vivir a mí, en la cual se verán reflejados muchos artistas de mi generación que, desde sus espacios, estoy convencido sufrieron tanto o más que yo.
Estas entregas parten inicialmente de un debate con un altísimo funcionario de nuestra Cultura, de quien no voy a dar su nombre porque no me ha autorizado a publicarlo, pero en mis respuestas están implícitos sus criterios, con lo cual, la esencia deja claro que no están construyendo nada, simplemente sobreviviendo en un refugio, en una trinchera, y en un país convertido en cueva, que solo está siendo atacado por sus propios conceptos y por la necesidad de justificar su supervivencia como consecuencia de ese cerco de ideas que nos ha empobrecido de tal manera que es imposible que podamos salir de él.
Ante todo, quiero dejar muy claro, que mis orígenes parten de mi abuela, Carmen Ibáñez Muñoz, (Cuca) Heroína de la revolución cubana, combatiente clandestina, jefa de la célula del Movimiento 26 de Julio en Diez de Octubre. Condecorada con todas las medallas que la revolución le entregó por su sacrificio y su valor.
De mi madre, Gladys Guerra Ibáñez, combatiente, revolucionaria cabal, economista, directora de empresas, ingeniera que entregó su vida a la revolución, fundadora del partido comunista.
De mi padre, Rafael Aquino, artista, cantante, combatiente revolucionario, quien, junto a mi tío, Ninon Mondéjar, dueño de la Orquesta América y creador del Cha cha cha, que le atribuyeron a Enrique Jorrín, y que, triunfando en México, contribuyeron junto al expresidente de la República de Cuba, Carlos Prío Socarrás a la adquisición del yate Granma.
Esos son mis orígenes por eso y por mis propias convicciones no puedo dejar pasar por alto este duro momento de la Patria.
Intentaré cada dos o tres días dejar estos testimonios por capítulos.