Por Oscar Durán
La Habana.- Voy con una perretica, porque aunque parezca cliché y la misma muela de siempre, nosotros debemos seguir los pasos agigantados y mantener el legado de Fidel. El lunes fueron 14 horas seguidas sin electricidad, el martes llegamos a 15; y hoy, si la matemática nos los traiciona, tendremos 16 horas sin corriente. Estupendo. Todo rico.
Por ahí dicen que la gente se va a tirar si la cosa sigue así. Llevamos un cojonal de años con la “cosa así” y, salvo contadas excepciones, seguimos aguantando porque, a la larga, somos un pueblo de patria o muerte y pa´lo que sea, Raúl.
La debacle de Cuba -entendámoslo así- no es problema de sus impresentables gobernantes. Quince días atrás, Joe Biden cargaba con todas las culpas. El viejito de Delaware fue malo con la isla. Incluso, Miguel Díaz-Canel dijo que nunca se le va a olvidar cómo el gobierno de Biden fue inhumano y no tumbó el bloqueo en plena pandemia. Me imagino que se acuerden de esa joyita.
Resolvamos la ecuación de una forma sencilla: usted es ingeniero, pero se da cuenta de que es malo en su profesión y la obra donde estaba al frente, se derrumbó por su pésima gestión. Entonces, para librarse de toda responsabilidad, dice que la culpa fue de sus profesores por no enseñarles las materias como son, o que sus trabajadores son unos incapaces.
Ese es el régimen cubano. Las cosas en el país están como están por culpa de Eisenhower, Johnson, Ford, Kennedy, Nixon, Carter, Reagan, los Bush, Clinton y Obama. Si hoy tenemos esa cantidad de apagones en el día, la solución a la “luz” está en la Casa Blanca, no en las oficinas de la Plaza de la Revolución.
No, no me olvidé de Donald Trump, por si acaso. Hasta el 2028, el esposo de Melania será el principal promotor del saco de problemas de la isla caribeña. Ya ustedes han visto por estos días cómo Trump y Marco Rubio han cogido ráfagas de improperios por parte del ciberclariato nacional, encabezado por Canel y Bruno Rodríguez Parrilla.
Mientras todo ese chanchullo sigue, aquí estamos nosotros, los continuadores de esta obra llamada continuidad: sin comida, sin corriente, mirando cómo la Guiteras no aguanta un programa entero de Palmas y Cañas, aunque -sépanlo bien- pronto tendremos nuestro primer minuto de electricidad sin necesidad de utilizar petróleo.
Por ese nivel de descaro, esta nueva temporada de apagones la estoy cogiendo suave. No me puede dar un infarto. Hasta ando siguiendo el simposio de la Machi sobre el Reparto. Ay, la Machi, esa criaturita divina hablando de Reparto. ¿Quién lo diría? Después del concierto de Bebeshito en Miami, en cualquier momento declaran a ese género como Patrimonio Inmaterial de la nación.
El país de apagón en apagón y la primera dama cantando “Tacto que llegó el Reparto”. Cuando uno ve el nivel de burla que hay con el cubano, lo mejor es seguir la rima y burlarse el doble. Por eso, como mismo Chocolate apareció en una boleta para ser diputado por Bauta, propongo al Rey de los reparteros al frente de la Guiteras.
No se coman un millo con el Choco. Las apariencias engañan.
