Por Lisbet Mejías
Aventura, Fl.- He advertido más de una vez que en política no hay casualidades y cuando se trata de Cuba, menos, porque en las últimas semanas estamos viendo una tendencia a levantar perfiles de opositores de dudosa trayectoria y venderlos como la única opción para cambios en la isla.
Ya este perro nos ha mordido varias veces con organizaciones que de buenas a primeras le infiltran este tipo de personajes que empañan una labor digna para crear escándalos relativos al dinero y a la «pedidera» de recursos.
Ahora le ha tocado al líder de la UNPACU, José Daniel Ferrer, quien, tras una publicación en sus redes diciendo que los espejuelos se los habían incautado en prisión, sale con el pujo de una foto en la que usa dos pares de lentes, foto, por cierto, con el logotipo de Cuba Decide, la misma que aboga por perdonar y olvidar para vivir en convivencia con el régimen.
Todos estos opositores, al final, caen en lo mismo: el jineterismo y la lloradera para que les mandemos billetes, reduciendo la lucha a intereses, porque es el cash lo que importa.
Si repugnante es esa actitud, más lo es la viralización en redes de cubanos pidiendo ayuda para Ferrer que, pobrecito, está usando dos pares de espejuelos para poder leer el Granma o los comentarios de la UCI en sus desabridas directas. Y aún más desvergonzado que eso son los ataques en masa a quienes estamos despiertos y denunciamos estas manipulaciones.
Lo que estamos viendo con Ferrer es la misma estrategia que se utiliza con personajes opositores, y supuestamente disruptores, como María Corina Machado y el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, que, con sus diferencias, tienen algo en común: aparentar ayudar al pueblo para, al final, dar el tiro de gracia constitucional.
En el caso de Bukele, si bien ha limpiado al país de violencia, usó este mérito para hacer cambios constitucionales que le permitieron prolongar su presidencia. Y este es el peligro porque, al final, modificar la constitución para aceptar este tipo de cosas solo da paso a la creación de dictaduras esclavizantes y perpetuas.
Lo vimos en Chávez, en Maduro y, sobre todo, en la Constitución cubana del 2019, en la que se garantiza la perpetuidad del PCC, pese a cualquier cambio, incluso el que nos propone Ferrer que, en un video en Radio Martí, pidió flexibilidad a Díaz-Canel y la posibilidad de una Reconciliación Nacional, cuando aún esa dictadura no ha mostrado arrepentimiento alguno.
¿Reconciliación de qué, Ferrer? ¿De qué reconciliación hablas para que le hagas conciencia al pueblo de Cuba en aceptar a una dictadura que no se ha disculpado ni lo hará? Una dictadura que no se arrepiente de haber llevado a su pueblo a la miseria, a las cárceles, sobre todo a esos jóvenes que gritaron Libertad y a los otros tontos que cantaron esa fatal canción de Patria y Vida.
No hay vergüenza porque la Reconciliación Nacional solo se pide cuando las partes reconocen el error y aceptan enmendarlo. Pero como el pueblo de Cuba ha dado la espalda a los derechos constitucionales, peca de culpa y permite que estos falsos líderes tengan absoluta impunidad.
Un pueblo que ha permitido muchísimo más de 60 años de esclavitud, porque ni siquiera Batista juró su mandato respetando la Constitución vigente. Y si finalmente hay un cambio fraudulento y Ferrer es el elegido, repito… ¿sobre cuál constitución jurará, sobre la del 2019 que perpetúa al PCC en el poder?
La mala memoria del cubano es cada vez más corta. No acabaron de ver lo que pasó en Venezuela con su oposición que convenció al pueblo de votar en dictadura y ya andan ahora llenando las redes para levantar el perfil de Ferrer y, de paso, mandarle un billete para sus espejuelos nuevos. No se asusten si hasta Boronat le manda algo y, de paso, algunos televisores que no pudo mandar a Centroamérica.
La maquinaria propagandística está a todo vapor, viralizando su figura y aumentando las visualizaciones en redes en una franca demagogia, usando a verdaderos ejércitos cibernéticos para atacar a todos los que denunciamos estas falsedades y esta dinámica peligrosa para el pueblo cubano.
Espero que en esta administración de Trump tengamos 4 años para finalmente llevar a la justicia a los que lucran con el dolor de Cuba y, como Martin Luther King, también tengo no uno sino varios sueños: desde una valla en el Palmetto que diga Abajo Cuba Decide, porque en dictadura no se vota para que los cubanos del Cóncavo y Convexo Miamero entiendan que por ahí NO ES.
Y no digo que toda la oposición dentro de Cuba es así como Ferrer. Hay ejemplos como el Dr. Oscar Elías Biscet, que jamás han llorado miseria ni ha pedido dinero al exilio ni ha degradado a ningún cubano que piense diferente a él. Aunque no comulgo totalmente con su proyecto, reconozco que es un hombre digno, que está silenciado, pero en cambio a estos «desaguacataos» de la pachanga de Ferrer y su comparsa les levantan el perfil desde los influencers de Miami hasta los medios de prensa como Radio Martí y América TV con Cao subido a la carroza. No verán a Biscet en eso y su mérito es haber reconocido la Constitución del 40 como punto de partida e histórico para iniciar cualquier cambio político verdadero.
Y esta lucha, le aclaro a nuestros detractores, no es por fama personal como sí hacen otros influencers. Ni por monetización. De nuestros recursos personales ya estamos creando un precedente y un registro escrito en nuestros medios de prensa. Porque cuando se dé el cambio fraudulento, que ya se ve venir, no seré yo ni los cubanos despiertos quienes pequemos de la complicidad de no haberlo advertido. Usted tiene la posibilidad de sumarse a nosotros. Todo esfuerzo por llevar a Cuba a su libertad sin condiciones y amparada en una Constitución justa y respetable habrá valido la pena. Como siempre digo #MuyFuerteTodo
Lisbet Mejías es youtuber y dirige el proyecto Generation New Republic cuya causa es restituir el hilo constitucional, restaurar la república y verla funcionando con los tres poderes divididos: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. La Resistencia está comprometida en ver la República de Cuba independiente, tal como soñara nuestro apóstol José Martí.
Dios, Patria y Libertad