LA LETRA PEQUEÑA DEL SUPUESTO ACUERDO, LA LISTA DE TERRORISTAS Y LA LIBERACIÓN DE LOS PRESOS

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFELA LETRA PEQUEÑA DEL SUPUESTO ACUERDO, LA LISTA DE TERRORISTAS Y LA LIBERACIÓN DE LOS PRESOS

Por Alina Bárbara López Hernández ()

Matanzas.- Me parece muy positivo, o sea, es una cuestión humanitaria de primera magnitud que salgan de las cárceles las personas que llevan tres años presas injustamente por motivos políticos, que están en condiciones de vida deplorables, pasando enfermedades y necesidades, incluso, algunas han muerto, y sus familiares llevan muchísimo tiempo sufriendo y presionando junto a una parte de la sociedad civil cubana por su libertad.

Por tanto, me hace muy feliz la noticia. La aplaudo sinceramente. Ojalá que no venga con presiones para exiliarlos. Cuba es su patria, y si deciden quedarse acá, su decisión debe ser respetada.

También me parece correcta la determinación tomada por el gobierno de los Estados Unidos de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, aun cuando es lamentable que el presidente Biden haya esperado seis días antes de dejar la Casa Blanca para tomar una decisión como esta.

Si están sacando a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, es que no tenían razones para incluirla allí, y si las razones para incluirla existían, ¿por qué quitarla entonces? Veo una enorme incoherencia política en esto.

Recordemos que las sanciones no son solo sobre personas o instituciones evidentes violadoras de derechos humanos, sino contra todos los nacionales de este país.

Me parece también que el hecho de que se interrumpa la aplicación del capítulo III de la Ley Helms Burton, es correcto.

Paradójicamente, entre las medidas veo un párrafo que declara que será eliminada asimismo la «lista restringida», y eso me parece cuestionable, pues si bien es injusto aplicar sanciones que afecten a toda la sociedad cubana, creo inexplicable que no sean sancionadas aquellas personas e instituciones responsables directas de represión sobre ciudadanos cubanos. Y cuando digo sancionadas, no me refiero exclusivamente a sanciones provenientes de los Estados Unidos, sino de otras naciones y de organismos internacionales.

En Cuba, la ciudadanía que intenta ejercer sus derechos (derechos universalmente reconocidos), es reprimida violenta y sistemáticamente, con crueldad y alevosía, desconociendo incluso los artículos refrendados en la Constitución de la República que se supone garantizan algunos de esos derechos.

Ello es más que evidente en una etapa de acceso masivo a internet en Cuba, son casos documentados y explicados por legalistas cubanos y extranjeros; casos denunciados por las propias víctimas y sus familiares.

De modo que creo que ante esa situación sí deben existir sanciones específicas, y es en ese sentido que vea cuestionable este «lavado general de manos».

Dicho lo anterior, voy a la cuestión que me parece la verdadera clave del «problema cubano», que no depende del diferendo Cuba-Estados Unidos y que puede ser invisibilizada por una noticia como la que hemos conocido.

El gobierno cubano siempre ha preferido ver el asunto en clave de diferendo externo porque eso le resulta mucho más cómodo. Pero el problema cubano es esencialmente el conflicto entre un estado autoritario, ya abiertamente dictatorial, y una ciudadanía desprovista de derechos y además en condiciones de exclusión política y social.

Visto así, entonces los presos políticos no son la causa, sino la consecuencia de ese problema interno, y cualquier negociación que el estado cubano se preste a hacer con un gobierno extranjero sobre la base de sus presos políticos, en primer lugar desconoce la lucha interna (y cuando digo interna me refiero a la nación, o sea, también a los compatriotas que están en otros países) que hemos librado muchos exigiendo su liberación, amnistía o cualquier otra fórmula que llevara a este desenlace.

Sin embargo el gobierno cubano prefiere tenerlos como un as en la manga y negociar con el gobierno norteamericano. Lo cual, viniendo de un gobierno con tanta presunción de independencia y soberanía como este, me parece un claro rasgo de genuflexión.

Nadie se confunda, aquí no cabe ingenuidad alguna, el sistema político cubano es una fábrica en potencia de presos políticos. Por tanto, liberar a los que hoy están (que me parece muy bien) no quiere decir que esas cárceles no se vayan llenando nuevamente de presos.

Porque la cuestión esencial acá es la imposibilidad del ejercicio de derechos por parte de la ciudadanía. Esa es la verdadera causa del problema. Los presos políticos son la consecuencia de ese problema, y eso es muy importante que se tenga en cuenta, porque la estructura política que existe en Cuba, y que genera la exclusión, no depende de los Estados Unidos; por tanto, cambiarla tampoco dependerá de la relación o negociación con ese país.

Es importante que eso se tenga en cuenta para que no se vea lo ocurrido como una victoria. No hay tal victoria. Muy bien que se libere a los presos político (a todos y cada uno de ellos, no a una selección); muy bien que Cuba no esté en una lista donde no debía estar; pero no creo que nadie deba enfocarse en que esto soluciona un problema. Esto va a atender las consecuencias de un problema que solo está en nuestras manos solucionar.

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