¿ESPÍRITU DEL JUBILEO O LA LISTA DE BIDEN?

CUBA¿ESPÍRITU DEL JUBILEO O LA LISTA DE BIDEN?

Por José Raul Gallego

Camagüey.- El Minrex acaba de anunciar la liberación de 553 presos, alegando que se debe «al espíritu del Jubileo» sin mencionar la salida, infundada, de Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo, justo cuando Nicolás Maduro, con apoyo cubano, acaba de consumar el robo de las elecciones en Venezuela.

Algunos elementos de la nota:

Hablan de 553 «personas sancionadas por delitos diversos». No especifican que todos sean presos políticos. Y aun suponiendo que todos los liberados lo fueran, en Cuba, que se sepa, hay más de mil presos políticos, lo que deja tras las rejas a la mitad de estos inocentes.

Hasta el momento no ha sido liberado ningún preso político y dicen que «estas personas recibirán sus respectivos beneficios gradualmente», sin especificar fechas, lo que hace que estas personas siguen siendo rehenes, usados como moneda de cambio ante cualquier cambio de política con la llegada de la nueva administración americana.

El régimen cubano presenta como un muestra «de la naturaleza justa y humanitaria de los sistemas penal y penitenciario de Cuba» lo que no es más que un burdo uso político de seres humanos inocentes. Hablan de naturaleza justa los que han separado miles de familias y destruido la vida de todas esas personas inocentes.

¿Quién paga por todo el daño que han hecho a esas personas? ¿Quién les indemniza por todo lo que sufrieron? ¿Quién acepta que fueron apresados injustamente? Y lo más importante: quién paga por la vida de los cuatro manifestantes del 11J que ya no están y que murieron en las cárceles por enfermedades, golpizas y se suicidaron por no aguantar más? Que no se nos olviden sus nombres: Luis Barrios Díaz, Yosandri Mulet Almarales, Geraldo Díaz Alonso y Manuel de Jesús Guillén Esplugas.

Si el régimen cubano va a liberar a los presos políticos tiene que ser a todos, sin condiciones de exilio forzado y con garantías de que no van a ser encerrados nuevamente. Y aún así, la maquinaria seguirá funcionando, creando nuevos presos políticos, para cambiar en próximas negociaciones. El problema se acaba de una sola forma: acabando con la dictadura, no dándole plazos.

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