Kiev.- Los ucranianos aguardan la llegada del presidente electo de EEUU, Donald Trump, a la Casa Blanca con una mezcla de temor a que quiera obligarlos a aceptar un arreglo ventajoso para Rusia y la esperanza de que encuentre una forma de parar la guerra que también ofrezca a Kiev garantías efectivas de seguridad.
‘Me preocupa la ingenuidad que la gente de MAGA (Make America Great Again) está mostrando respecto a (Vladímir) Putin’, dice a EFE Sasha Kovalenko, un informático de Kiev de cuarenta años, que confía, sin embargo, en que el estilo agresivo de Trump ponga coto a la agresión rusa en condiciones aceptables para Ucrania.
Kovalenko hace referencia a algunas manifestaciones recientes de figuras destacadas del movimiento que lidera el magnate neoyorquino convertido en político.
‘En su entrevista a (el presidente ucraniano, Vladímir) Zelenski, Lex Fridman le pidió que vea a Putin como ‘una persona seria que quiere a su país y a su gente’, como si ignorara la inmensa cantidad de rusos que han muerto en esta guerra’, dice Kovalenko en referencia a un podcastero muy popular entre los seguidores de Trump.
¿Puede Trump influir en Putin? Esa misma ‘ingenuidad’ le atribuyen algunos observadores a la confianza que ha mostrado Trump en su capacidad de influir sobre Putin en el corto plazo.
‘La cuestión es cómo convencer a Putin para que pare en un momento en que gana territorio a diario’, declara a EFE un diplomático europeo que participó en las negociaciones entre Rusia y Ucrania sobre el conflicto del Donbás.
El diplomático recuerda que Trump no ha explicado hasta ahora con qué instrumentos piensa forzar a Putin a sentarse a negociar.
‘Antes de hablar de las garantías de seguridad para la Ucrania de posguerra hay que encontrar una manera de hacer que Rusia se detenga’, agrega.
Maksim Skripchenko, del Centro para el Diálogo Trasatlántico de Kiev, ve en la presión económica la principal arma de Trump contra Putin. Este experto en seguridad recuerda que una de las promesas electorales de Trump fue redoblar la extracción de petróleo.
La medida podría bajar los precios del crudo y cercenar la capacidad de financiación de una maquinaria de guerra rusa que se alimenta sobre todo de ingresos petroleros.
Skripchenko alude a la severidad con que Trump hizo cumplir las sanciones económicas a países como Venezuela o Irán, algo que podría aplicársele ahora también a Rusia.
Según el experto, la guerra comercial que el nuevo presidente de EEUU librará con China podría acabar ayudando a Ucrania: ‘Para China es mucho más importante tener buenas relaciones comerciales con EEUU que con Rusia, y pienso que Trump puede ejercer cierta presión sobre Rusia a través de los chinos’.
‘Más fácil de decir que de hacer’
Para el politólogo ucraniano Vladímir Dubovik, el principal riesgo para su país es que Trump concrete en hechos su retórica contra la ayuda que Washington envía a Ucrania e intente lograr ‘un acuerdo a cualquier precio’ presionando a Kiev sin tener en cuenta los intereses ucranianos.
‘Ha prometido que conseguirá algún tipo de acuerdo, pero es más fácil decirlo que hacerlo’, dice Dubovik, que no descarta que Trump continúe apoyando a Ucrania para debilitar al Kremlin, si Putin rechaza el plan de paz de la nueva administración de EEUU. La opción más evidente para presionar a Ucrania es cortarle la ayuda militar.
‘Si cortan el dinero se acabará la guerra’, dice tajante una jubilada del popular barrio de Pozniakí de la capital ucraniana.
Otro pensionista residente en la zona la contradice. ‘No. La guerra continuará de todas formas’, declara a EFE Yuri Shevchuk, que está convencido que los ucranianos continuarán llevando a cabo una guerra de guerrillas contra los rusos si no reciben armas y pierden la guerra.
Cesiones para detener la sangría
Si bien una mayoría sigue rechazando una paz que les cueste territorios, el porcentaje de ucranianos dispuestos a cederlos no ha dejado de crecer en las encuestas a lo largo de 2024, cuando el propio Zelenski admitió por primera vez la posibilidad de renunciar a recuperar militarmente algunas zonas ocupadas si a cambio se ofrecen garantías de seguridad al territorio controlado por Kiev.
‘Perdemos territorio y nuestra gente sigue muriendo cada día; tenemos que parar esto, pero necesitamos estar seguros de que Rusia no pueda volver a invadirnos’, dice a EFE reflejando el sentir de cada vez más ucranianos Rostislav, un joven veterano de guerra que dejó el Ejército tras caer herido en el frente. (EFE)