Por Javier Bobadilla
La Habana.- Saliendo de la marcha, pasando por el concierto del Bebeshito, llegando a la apertura del mercado en dólares de 3ra y 70. Los tres eventos son vistas del mismo objeto en diferente ángulo.
¿El objeto? El cubano.
Mi socio Rigoberto, el del pullover de Street Fighter del que hablábamos el otro día, me manda este dibujo, hecho por él, y un mensaje contundente:
«¡Fumiga, Paquito, fumiga!»
Sí, Rigoberto sabe. Rigoberto se comió un cable aquí en Cuba -en parte por culpa de esos dibujitos que no siempre daban gracia-, dejó un sufrimiento terrible atrás, se comió un cable en el viaje, y ahora está a merced de las decisiones que se tomarán a partir del día 20. Por eso sabe. Por eso ve, claro como un cristal.
De la marcha ya hablamos. Del Bebeshito, ahora. La inauguración de 3ra y 70 une las dos partes.
En esta historia nadie es Marca Mango. Todos son Marca Mandarina Podrida.
El Bebeshito es un vendido por cuatro pesos y 15 minutos de fama. Creo que eso no hay que discutirlo. Lo rodean mentes mucho más rápidas y poderosas. Lo llevan a cantar con el Taiger. Le consiguen todo lo necesario para hacerlo brincar el charco. El Bebeshito le coge cajón al Taiger, que es un desastre humano, pero no para de pegar canciones. El Taiger muere misteriosamente y se vuelve El Santo del Reparto.
En los medios oficiales, funcionarios del Partido y la Cultura que nunca han tenido sentimientos, sienten profundamente la pérdida de un músico al que nunca mencionaron ni para decirle «mal rayo te parta». Las últimas canciones se disparan y con ellas, el Bebeshito. Y ese es el momento de hacerle el concierto, porque psicológicamente todo el mundo está mucho más emocional y receptivo. La oportunidad se pinta sola.
En los medios oficiales, funcionarios del Partido y la Cultura que nunca jamás en su puta vida habían oído hablar del Bebeshito, y normalmente han repudiado enérgicamente a cualquiera que no fuera agente de ellos, lo felicitan calurosamente.
Porque el Bebeshito está limpio. Nunca ha hablado de política, nunca ha tomado partido. El cerebro no le da más que para darle hacha a la totaila, pobrecito. Con Ana de Armas se equivocaron, porque aunque la cosa también iba del hacha y la totaila, terminó dando asco. Él es como ella, pero puro. Nadie en su sano juicio puede acusarlo de nada, porque no es culpable de nada. Él mismo, todavía no sabe qué pasó.
Yo no me chupo el dedo. Eso bota los dientes, y crea malos hábitos.
El Nuevo Exilio, que ya cumplió el sueño del Comandante de no ser exilio sino emigración, va en masa al concierto. El Bebeshito ha hecho más por las relaciones Cuba-EE.UU que Obama, me dice un amigo en tono burlón. Tal vez debería decir «relaciones GAESA-EEUU», y la ironía sería perfecta.
Yo nunca le he dicho a nadie que no puede venir a Cuba, o que no puede mandar dinero. Dios me guarde. Yo mismo tengo más familia allá que aquí. Unos vienen cada vez que pueden. Otros no han venido nunca, y no vendrán hasta que Cuba cambie. Yo, que alguna vez cuestioné las decisiones, ahora acepto silenciosamente.
Tengo amigos, incluso, que han renunciado a Cuba. Nunca preguntan, y es imposible contarles. Me oyen educadamente, y luego empiezan a hablar de otra cosa. No muestran interés. Varios no viven en Miami, algunos ni siquiera tienen un cubano cerca, y tampoco lo quieren. Abandonaron el juego definitivamente, y eso es algo que puedo respetar.
Pero yo, que un día me quejé de lo valientes que se volvían los emigrados cuando llegaban allá, hoy me quejo de lo carneros que siguen siendo cuando llegan allá. Detrás de mí vendrá quien bueno me hará, decía mi abuela Margot.
¿Miedo? Mi mamá anda cambiando un pomo de aceite por 2 libras de azúcar. Volvimos a la comunidad primitiva. Fear is for others.
¿La tranka? Aldo y El B.
¿Envidia? A Borges, Vargas Llosa, Luis Rogelio Nogueras, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés.
Estas son la preguntas más frecuentes que se me van a hacer. Si alguien me va a decir que estoy dividiendo, y lo que hay es que unir, le voy a decir que con esa flojera mejor que no se me unan.
Mientras tanto, el dólar sube alrededor de cinco CUP un día sí y un día no, mientras el MLC baja. Dicen los que saben que va a seguir subiendo, y yo soy de la misma opinión. El gobierno recuperó el monopolio de las importaciones y el comercio mayorista, pero la noticia de las tiendas en dólares dispara la demanda. Hoy no pongo el gráfico, porque la noche es joven, pero en unos días notarán que primero hubo un pico de bajada, justo antes de dispararse. Igual que todas las veces anteriores.
Le trancaron el dominó a las Mipymes, pusieron unos impuestos por el cielo, el dólar bajó, compraron USD por cantidades, y abrieron el mercado de 70. Limpio y fácil. El dólar seguirá subiendo mientras esté surtida la tienda.
Las MLC no cierran, pero curiosamente nunca hay conexión. Claro, si estoy vendiendo por un tubo en 3ra y 70, en USD, para qué voy a desperdiciar mercancía en una MLC apestosa. Con algo tengo que surtir cuando se acabe. Además, yo nunca cierro nada. Las tiendas en CUP siguen ahí. La bodega sigue ahí. Vaya usted a ver si puede comprar algo.
El sistema despliega la jauría. La orden de defender las tiendas está dada, desde Harold Cárdenas hasta Rodrigo Huaimachi. La Joven Cuba comienza a publicar una serie de textos con propuestas a los dirigentes para reformar la economía cubana. A estas alturas, eso es una completa payasada. De eso se escribía entre el 2020 y el 2021. Después del 11J, no tuvo más sentido. Allá arriba nadie te está oyendo ni leyendo, ni a nadie le interesa oírte. Lo de La Joven Cuba no es sino un vano intento de guardar una forma que se sabe no tiene.
A mi mamá le ha tomado varios días caer en cuenta.
– Mami, van a abrir una tienda de comida en dólares en efectivo.
– No, no puede ser. ¿Cómo van a cobrar la comida en una moneda en que ellos no pagan?
– Mami, es la sexta vez que te lo hacen. Los certificados A,B y C, la moneda Intur, los chavitos del oro y la plata, el CUC, el MLC y ahora esto.
Mi mamá se queda pensando…
La pura se resetea, como todos los cubanos. El pasado no existe, el futuro tampoco. Se vive en un filo de tiempo, en el que si pestañeas te caes. Conseguir comida no deja espacio a más. Comer hoy, el hacha, la totaila, comer mañana. Secuelas de la singadez aplicada.
– Mami, mira el reportaje de la tienda en dólares.
– No puede ser. Eso es que es la tienda del hotel.
– Mami, mira la gente en la tienda. ¿Parecen turistas?
– ¿Pero y el MLC? ¿Van a desperdiciar toda esa divisa?
– El USD que se puso en tarjeta MLC se evaporó al momento. Quedó el número en la base de datos, sólo eso. No aceptar el MLC es ganancia. Ahora mira el video de la bronca.
La pura mira, aterrorizada, cómo la gente se empuja y discute. El empleado de la tienda llega a poner orden, y no lo pone. La tienda está sucia. El piso está roto. El cemento de la base no era bueno, nunca lo ha sido. Mi mamá tiene cara de haber caído en la cuenta de 68 años de reseteos continuos. A ella se le puede jugar con todo, pero no con el viejo Franklin. El viejo Franklin no se va a morir solo, nosotros no lo vamos a entregar vivo. Eso me lo enseñó desde chiquito.
Pero en el video se fajan por su turno para darle los dólares a GAESA. No son diferentes de los que fueron al concierto, porque son los mismos allá con comida, que tampoco son diferentes de los que fueron a la marcha sin comida. Es el Hombre Nuevo que necesita la Revolución. Le pueden quitar el dinero las veces que sea necesario, que el otro Hombre Nuevo De Allá sigue mandando fulas, y teniendo miedo. Aquí nadie es Marca Mango.
¿El cubano no tiene conciencia política? Mandarina podrida. El cubano no tiene conciencia, y punto.