Por Manuel Viera()
La Habana.- El gobierno cubano sigue apostando a los dólares, de esos que un día entre huevazos, actos de repudio y consignas despidieron en el Mariel, a los dólares de los que se subieron al neumático de un tractor en el 94, a los que atravesaron decenas de países por selvas, desiertos y ríos para irse.
Siguen apostando a los dólares que están allá, y no a la inversión bien ganada, al empresario extranjero contento, a la inteligencia del cubano que emprende sin restricciones, al trabajo bien retribuido, al mercado interno libre y sin tantos inspectores, tanta traba y tantas decenas de medidas mal aprobadas.
Siguen apostando a reuniones para levantar 170 brazos, a visitas gubernamentales anunciadas.
Apuestan a no valorar lo que tienen, a machacar al de aquí para recibir al de allá con dólares en los ojos y congas en el aeropuerto.
Siguen apostando a la promesa hueca, al humo, al disfraz. Siguen por el camino que duele, por el camino que hiere, por el camino que mata… ¡Por ahí no es! Por ahí no es y lo sabemos todos. Todos menos ustedes.
