Por Oscar Durán
La Habana.- El 28 de diciembre debería ser el Día de los Cubanos. Sería la fecha adecuada para celebrar todas nuestras inocencias en más de medio siglo de esclavitud y desgracias por parte de una cúpula envuelta en dólares y relojes de lujo. Desde 1959 estamos pecando de inocentes y, a punto de llegar el 2025, solo nos falta que repartan un tete por la bodega y exijan andar con él en el horario estelar del noticiero nacional de televisión, o cuando Miguel Díaz-Canel visita un municipio de esos que están llenos de viejas erizadas.
De las estupideces de Fidel Castro no voy a hablar. Sí, yo sé que es el mayor culpable de la debacle de esta isla y que engatusaba al pueblo con sus soñadoras ideas. Uno de imbécil se las creía y las repetía como si fuéramos su mascota. Sin embargo, ya Fidel Castro no está, pero dejó, por medio de su hermano -el del vasito de leche para cada cubano-, a su continuidad, un tipo de tres neuronas en el cerebro que nos tiene hundido en la mismísima fosa de Battle.
No vayamos tan atrás, les traigo una fresquecita. El próximo 1 de enero Cuba hará oficial su entrada al BRICS como socio adherido. Pues bien, según las cibeclarias de Díaz-Canel, «el sistema de pago BRICS Pay comenzará a funcionar en el país, se burlará el embargo y las empresas extranjeras finalmente podrán invertir en la isla sin sanciones americanas». Ponte el tete desde ya.
Pero seguimos en este mundo de inocencia. ¿Sabías que ningún sistema educativo latinoamericano cumple con los estándares globales de calidad educativa, excepto Cuba? ¿No lo sabías? ¡Qué pena! Hasta el Banco Mundial nos elogió por los grandes logros en salud y educación, destacando nuestro modelo de servicios sociales y altas tasas de alfabetización y esperanza de vida.
Y esto no es todo: según el ciberclariato, la sede del Banco Mundial está en Washington, es decir, Estados Unidos dio el reconocimiento. Hazme caso y ponte el tete.
Uno no escampa con tantas sinvergüenzuras por parte de estos miserables. La gente quiere creerle por tal de ver una mejoría y lo que hacemos es pecar de inocentes. En noviembre de 2022 -cuando ni por asomo las cosas estaban como ahora-, Canel hizo una gira por varios países, incluyendo China. Ahí pronuncia una de sus históricas frases: “los resultados han sido satisfactorios, yo diría que se van por encima de nuestras expectativas”.
A día de hoy, los chinos no han mandado ni un tornillo para reparar las Yutong. Y tú, como niño de círculo infantil, a estas alturas te viste con una prosperidad estrepitosa, incluso, por encima de tus expectativas.
Yo seguiría con la lista, pero los voy a aburrir, como mismo estamos aburridos de esperar el final de la coyuntura que llegó en 2019 y el 2025 le va a abrir los brazos dándole la bienvenida. “Es una situación coyuntural y queremos que la población tenga todos los elementos”, nos decía Limonardo por aquel entonces. Seis años después, seguimos en las mismas; ustedes -dictadores- con sus barrigas infladas, mientras nosotros -los de abajo-, muriéndonos de hambre y pecando de inocentes a más no poder.
Feliz 28 de diciembre, cubano. Ese es nuestro día. No existe otro.