Por Max Astudillo ()
La Habana.- Las cárceles del castrismo se han convertido en corredores de la muerte para los presos políticos, muchos de los cuales perdieron la vida por razones disímiles, pero siempre vinculadas a las torturas, al hambre y la falta de cuidados médicos y medicamentos.
En Cuba, un preso no solo pierde el derecho a la libertad, sino el de alimentarse, el de la atención médica, y en muchas ocasiones el de la vida.
Sobrevivir en una prisión cubana depende, en la mayoría de los casos, de lo que pueda acarrerar la familia para que sobreviva en ese tiempo que transcurre entre visita y visita, para aquellos que pueden llevar un saco con galletas, azúcar, leche en polvo, o cualquier producto que no se deteriore con el paso de los días.
Los presos políticos llevan consigo una carga mayor, y muchas veces son objetos de palizas o del descuido de sus carceleros ante los problemas físicos que puedan presentar, como no llevarlos al médico, por ejemplo.
Esta vez, el muerto, uno más, lo puso Yosvany Sánchez Valenciano, quien falleció la víspera en el destacamento 13 de la prisión de Quivicán, en el municipio de igual nombre en la provincia de Mayabeque.
Según personas cercanas a Sánchez Valenciano, el reo, que estaba preso desde 2018, falleció por negligencia médica.
«Estaba grave desde hacía muchos días, con diarreas constantes, y se negaban a llevarlo a la enfermería, a ponerle un suero, como si quisieran que muriera de una vez», comentó a El Vigía de Cuba un familiar que prefirió el anonimato por temor a más represalias.
Sánchez Valenciano había sido sentenciado en 2018 a ocho años en prisión por defender los Derechos Humanos en la isla y por su activismo en la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) a favor de la Libertad y la Democracia.
Por entonces, como es costumbre, fue acusado de desorden público y condenado.
En la prisión sufrió maltratos, fue objeto de golpizas frecuentes, y en más de una ocasión denunció desde la cárcel haber encontrado pedazos de vidrio en su comida.
La muerte de Yosvany Sánchez Valenciano es una más a la cuenta del régimen castrocanelista, otra por la que tendrán que pagar cuando su estadía en el poder se termine.