Por Edi Libedinsky ()
Buenos Aires.- Charles Bronson Y Jill Ireland fueron el epítome de lo cool en las décadas de 1960 y 1970, una pareja poderosa que encarnaba la rudeza y el glamour de su era.
Bronson, conocido por su intensa presencia en pantalla, e Ireland, celebrada por su elegancia y belleza, no solo eran compañeros de vida sino también frecuentes colaboradores en el cine.
Su historia de amor comenzó en 1962 cuando se conocieron en el set de «The Great Escape». En ese momento, Ireland estaba casada con el actor David McCallum, pero según se informa, Bronson le dijo a McCallum: «Me voy a casar con tu esposa». En 1968, su audaz predicción se hizo realidad y los dos se casaron.
Su unión produjo una asociación dinámica, con Ireland apareciendo en varias de las películas de Bronson, como «Cold Sweat» (1970) y «The Mechanic» (1972).
En la pantalla, interpretaban personajes que navegaban por dramas de alto riesgo; fuera de la pantalla, su relación estaba llena de respeto mutuo y admiración. Bronson, a menudo encasillado como el tipo duro, le acreditó a Ireland suavizar sus asperezas. Ireland, mientras tanto, equilibró su carrera como actriz con ser madre y una pareja dedicada.
En noviembre de 1970, la pareja fue fotografiada paseando por Saint-Germain-des-Prés en París, irradiando un estilo sin esfuerzo.
Les Deux Magots, el legendario café que acababan de visitar, era un centro para intelectuales y artistas como Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. La actitud ruda de Bronson contrastaba perfectamente con el sofisticado atuendo invernal de Ireland, creando una imagen atemporal de poderío y romance.
Su relación duró más de dos décadas, hasta la trágica muerte de Ireland por cáncer de mama en 1990.
Bronson, devastado por la pérdida, nunca volvió a casarse. Juntos, dejaron un legado de amor, arte y una estética compartida que sigue siendo icónica. Su historia continúa cautivando al público como un testimonio de la pasión y el estilo perdurabl