LA LIBRETA, ESE SÍMBOLO

REPORTE ESPECIALLA LIBRETA, ESE SÍMBOLO
Por Yoel Arias
La Habana.- Hoy recogimos la «libreta» para el 2025. Sí, no se sorprendan. Para ser esta su despedida, o eso sospechábamos, ha llegado puntual, como hacia unos años no lograba. Para estar en sus últimas, o eso nos dijeron, llegó con tiempo, significa esto que su existencia no estaba en vilo cuando se decidió imprimir y numerar esos cientos de miles de ejemplares. Dos cosas vienen a mi mente, fue una solución (eufemísticamente hablando, si crear otro problema resuelve el anterior) posterior al proceso mecánico de producirlas (mecánico por no decir burocrático) o sencillamente no es «la libreta» lo llamado a desaparecer si no lo que en ella se controla. Yo creo que sería más realista hablar de la desaparición de «la bodega, la tienda o como quiera que le llaméis en todo el territorio insular».
Lo dicho, la recogimos hoy mismo, la pregunta se nos escapó de los labios: «¿y entonces?» O sea, si ella existe es mentira la bola. Pues no. Ella persistirá aún, un poco más. Es la bodega la que prácticamente será una Mipyme, o algo así. Los precios ni preguntamos y las cantidades permitidas a adquirir tampoco. Ya la segunda pregunta se salió fuera de la bodega, estaba muy clara de no tener respuesta en aquel establecimiento: «¿y el pan?», no supimos qué decir, debimos ir al punto del pan pero nos dio pereza o estábamos demasiado ansiosos por llegar a casa a contar la «nueva», nunca se debe decir «la última» porque sería poco certero, no es la última, solo es la primera de muchas que vienen y que apostamos que no nos gustarán.
La cartilla récord Guinness
El simbolo de la escacez, por antonomasia, en Cuba, es la libreta de productos alimenticios. Tuvo una hermana, mucho más flaca que ella, pero no sobrevivió la crisis de los noventa, la pobre. Esa se llamaba «…de productos industriales». Ya habíamos empezado a aceptar los nombres «tiernos» con que se habían empezado a bautizar cosas desde antes de 1968. Fue Oficoda y un largo etcétera de otros establecimientos que llevaban dentro de sí la palabra «consolidado», términos que acabaron significando «aquel lugar donde se reparan cosas», aunque en tiempos de su Génesis algunos produjeron «algo». «De productos alimenticios» se llama, aun cuando por la libreta se controla, detergentes, frazadas, íntimas, luz brillante (keroseno) y fósforos, de muy difícil digestión, créanme.
Libreta de abastecimiento: 60 años racionando miseriaSu fecha de nacimiento no la tengo clara, pero fácilmente esta cerca de los ’60, una edad muy buena para jubilarse. Tampoco he investigado, aunque cuando le llegue la hora de «colgar sus guantes», será la cartilla de racionamiento más longeva de la historia.
El simbolo
Siendo un medio para controlar productos de primera necesidad, su mera creación y prolongada existencia, habla por sí solo del tiempo que la población cubana ha estado forzada a limitaciones en el consumo de alimentos, perfectamente tres generaciones la han sufrido muy de cerca, demasiado. Los motivos originales de su implementación están en la certeza gubernamental de la incapacidad para garantizar, como hasta años antes, la entrada de alimentos importados, así como la disminución de la producción nacional, debido a medidas externas e internas.
La libreta de racionamiento cumple medio siglo en Cuba - InfobaeLa «libreta» ha sido, al mismo tiempo, mecanismo para controlar la especulación e instrumento de un igualitarismo a ultranza. Que haya durado tantos lustros habla de una economía que ni en los pocos años de «vacas gordas» made in URSS, o debó poner сделано в СССР o el CAME, mejoraría lo suficiente para decretar su defunción. Si desde la fundación de la ANAP (que debió llamarse anpa pero que sonaría como grupo de crimen organizado y no gustó) solo un 30% del suelo cultivable ha estado en manos «privadas» y con eso se ha alimentado, desde entonces, a la creciente población nacional ya tenemos parte del problema, otra parte se llama Acopio. El resto de la tierra era para caña, cítricos, forestales y marabú, mucho marabú. Al eliminarse el gigantesco aparataje logístico vinculado a los centrales azucareros, el área a cultivar la gramínea también disminuyó pero no creció proporcionalmente la agropecuaria, cosas del Orinoco.
Mientras, la «libreta» ha tenido defensores y detractores. Ha sido blanco de todo tipo de campañas, no así sus creadores. Su permanencia se ha tomado por garantía y su impensable desaparición como inicio del caos universal. De un sector que ni sabe dónde queda la bodega hasta una gran masa que no supo cómo vivir sin ella…hasta hace muy poco.
Crónica de una desaparición forzada (o forzosa aún no me decido)
Defendida y calzada durante la etapa de Fidel, sufrió ataques y pérdidas durante el Raulista. Siempre se supo de su alto nivel de subsidios y se trató de eliminarlos para así subsidiar personas y no productos. Empeño que no encontró momento oportuno para ser realidad, algo así como el Ordenamiento que se pospuso tanto que llegó en el peor momento posible. Lo cierto es que, luego de una defensa oficialista a los 19 productos controlados en sus casillas, no tardaron en comenzar a desaparecer o tardar periodos absurdos de tiempo para productos de primera necesidad.
Entregas sagradas durante los duros años ’90, comenzaron a ser cada vez ausencias comunes. Arroz, frijoles, café y cigarros que en el Periodo Especial disminuyeron su cuantía y aumentaron de precio, pero estaban presentes y llegaban «en hora», ahora están ausentes del hogar. Son estas las horas postreras del 2024 cuando aun se deben irrisorias cantidades por consumidor que hace tres décadas no sucedió. El momento es el perfecto para desaparecer la libreta, sin embargo, yo la tengo, me la acaban de dar y dice 2025, no es idea mía. Considero que el librito finito, que es hoy, quedará para anotar cosas muy puntuales. No pierdo la esperanza de, como casos de triunfalismo extremo anteriores, como con la papa, los cigarros, el aseo y algún que otro rubro, la libreta vuelva a alzarse victoriosa y reclame para sí su papel de instrumento del igualitarismo y paternalismo estatales cuando las causas que la parieron continúen y los que las provocaron sigan siendo continuidad. A quienes no les interesa mantenerla, tampoco les parece interesar quiénes no tendrán los medios para asegurarse ni las dos libras de arroz o azúcar que aún comparten espacio junto al pancito nuestro de cada día.
No se emitirán nuevas libretas de abastecimiento excepcionales, y las que  existen extienden su vigencia un año más › Cuba › Granma - Órgano oficial  del PCCLo impensable, lo inaudito, vaya, la libreta era tomada como símbolo de eternidad en el imaginario humorístico cubano, la certeza de su desaparición es tal como la que tiene el familiar del paciente entubado que no puede respirar sin la máquina, y en cualquier momento hay que apagarla. Una era concluirá con su desactivación, debió suceder en un futuro donde ella fuese obsoleta por abundancia crónica, sin embargo, nos deja cuando hay más incertidumbre que cuando fue creada. Un símbolo dice adiós, pero no se despiden la escasez ni el hambre. Adiós, «libreta», se te quiso.

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