Por Yunior García Aguilera
Madrid.- Ha sido un estruendoso fracaso la marchita antiestadounidense en La Habana. Sinceramente, había más gente en el cumpleaños de Sandro. Y eso que llevaron al abuelo.
De los cuatro gatos que asistieron, tres fueron obligados. Dividieron la cosa en varios montoncitos, vaya… para hacer más bulto. Y para disimular, los pastorearon por una sola de las vías del malecón. ¡Qué clase de pena, tú! Ni la Machi quiso coger mucho foco y fue disfrazada de obrera portuaria. Ella sí que está peleando en serio su visa para ir a «Jólivu».
A Machado se le notaban las ganas de darle un pescozón a Canel, por cogerlo pa’ eso. Y Raúl dijo que no lo llamaran más, que todavía le dolían los nudillos por estar dando puñetazos en una mesa, y todo por gusto.
Por último, me dicen que el HP que le escribió el discurso a Canel está siendo interrogado. Todavía andan averiguando qué coño significa eso de «animadversión». Si el tipo sabía que Canel es disléxico, ¿para qué le hace esa mierda?