Por Irán Capote
Pinar del Río.- Está dispuesto, orientado, pactado entre los decidores. Argumentan que tengo “problemas ideológicos” y que eso puedo transmitir a los alumnos. “¡Ni asomarse a la puerta de la escuela!”
Soy la lepra ideológica que puede infestar a los futuros artistas de la sociedad. Soy quien puede decirles que el arte es revolucionario (revolucionario de verdad). Soy quien puede decirles que pensar y expresarse distinto es un derecho paradójicamente registrado en la constitución. Soy una amenaza para el dogma institucionalizado.
Soy la peste.
Pero vivo orgulloso del maestro que no puedo ser frente a un aula. Porque no me sentiría digno si dijera algo que no pienso, si hipócritamente enseñara el arte de una ideología en la que no creo.
Sería hermoso enseñar lo diverso del arte y el pensamiento. Pero esos son otros cinco pesos en moneda libremente convertible.
Feliz día del educador para todos los que tampoco puedan enseñar su manera de ver el mundo.