Por Manuel Viera
La Habana.- Proyectan desde el legislativo cubano un crecimiento del 1% para 2025, argumentando una recuperación del turismo, una mejor zafra que la anterior y un mejor desempeño fiscal.
El turismo cubano ahora mismo no parece recuperarse. La escasez, la situación económica de la isla, el servicio hotelero ampliamente criticado por los clientes, desafortunados eventos ocurridos recientemente y, más que nada, el propio criterio negativo de los pocos turistas que nos visitan atentan contra la recuperación. Es muy optimista planificar un crecimiento del turismo, considerando, además, el riesgo real de cierre de los vuelos comerciales entre Cuba y Estados Unidos durante el próximo gobierno republicano.
Lo de la zafra, por su parte, es de echarse a llorar. La industria azucarera fue intencionalmente destruida por el castrismo a partir del 2002, un error brutal al que incluso le pusieron nombre, la tarea Álvaro Reynoso.
Por poner solo un ejemplo: en la provincia Granma en el 2002 molían 10 centrales azucareros. Las últimas zafras, de un desastre total, han molido dos o tres y en actual solo molerá uno. Muy llamativa la ausencia de colosos como el Arquímides Colina, de Mabay, o el Grito de Yara. La causa fundamental es la escasez de caña en los campos.
Respecto al mejor desempeño fiscal, realmente deja mucho qué desear el razonamiento de los diputados. Más que todo porque ninguno tiene el valor de ponerse de pie y decir la verdad, más allá de aplaudir como monos amaestrados. Las más recientes medidas que desalientan la actividad económica no estatal y que llevarán al cierre de cientos sino miles de emprendimientos, atentan directamente contra ese desempeño fiscal y el presupuesto del Estado.
Cerrarán grandes negocios mayoristas donde incluso interviene capital foráneo, grandes negocios que hacen contribuciones al fisco y que reportan utilidades a aduanas, transitarias, etcétera. Medidas increíbles que toma un Estado que no produce bienes, que no presta servicios y que actualmente depende casi exclusivamente del combustible en CUP para alcanzar a cumplir sus planes de ventas, combustible que también es escaso y muestra señales claras de agotamiento.
Entonces, diputados, ¿en qué se fundamenta la soñadora idea de crecer en un 1% el PIB para 2025? ¿Por qué seguir haciendo planes para ver si se pueden cumplir y no planes que se puedan cumplir? ¿Por qué ningún diputado puede pararse allí en la Asamblea, desconectarse del muelle que lo hace autómata programado, forrarse de valor y hablar claro, con la verdad, esa verdad que la demagogia, las consignas y la justificación del bloqueo llevan décadas ocultando?
¡De promesas incumplidas ya el cubano está harto!