Por Yasel Porto
Miami.- Con mucho pesar hago hoy la firme promesa de no volver a entrar a este lugar, uno de mis sitios favoritos, hasta que no se haga justicia. Como si me voy de este mundo sin volver aquí.
Demasiado malestar y decepción por la nueva afrenta en contra de una de las mayores leyendas del béisbol cubano y latino, el ex lanzador Luis Tiant, luego de ser ignorado nuevamente para entrar al Salón de la Fama de Cooperstown.
Es el colmo ya, que ni habiendo fallecido hace solo unas semanas los votantes del Comité Especial hayan dejado las puertas cerradas otra vez para El Tiante. Ya esto se convirtió hace años en algo personal contra el cubano. Y sinceramente, yo también lo asumo como tal.
Es real que yo no soy nadie ni represento nada para el Salón de la Fama, ni que esta institución pierde nada por ello, pero además de alzar mi voz por aquí, tomo esta decisión muy propia de no volver jamás a un sitio tan especial mientras Tiant no sea admitido en un espacio que desde hace mucho se ganó.
Fíjense si es así, que Dick Allen, de quien en mi vida oí solo unas pocas veces más allá de referencias generales, bateo 290, pegó 1848 hits, 351 jonrones y empujó 1119 carreras en 15 años entre 1963 y 1977. Además de no acercarse a ninguna métrica de las claves para entrar al Salón de la Fama, no ganó ningún título importante en su carrera ni llego a la Serie Mundial. Es capricho mío o (%€£\¥) de los electores?Los números de Dave Parker son un poco mejores, pero no llegó a 400 jonrones, 3000 hits ni 1500 remolques tampoco.
Tiant, solamente con sus 229 victorias era suficiente. Dígame usted si sumamos sus cuatro años con más de 20 triunfos, sus más de 2000 ponches, sus liderazgos en pitcheo y el ser la estrella de pitcheo por casi una década de uno de los equipos clásicos de la MLB. Aparte de lo que hizo en la Serie Mundial del 75, posiblemente la más famosa de la MLB. Como antes pasó con el estadio Latinoamericano, donde juré no entrar más por el mal trato allí en contra de mi persona cuando me sacaron de la “prensa cubana”, ahora pongo en la lista a Cooperstown.
Es mi forma de solidarizarme con este absurdo e irrespeto. Porque sí, la democracia y la libertad de expresión es muy buena, pero cuando se toman decisiones por asuntos extra deportivos entonces se viola por completo el deber de la ética y la profesionalidad.
