Por Reynaldo Medina Hernández ()
La Habana.- Claro que el tema es «el cumpleaños». No es primera vez que el «nene» es noticia, ni creo que esto sea lo más escandaloso que haya hecho, pero el «evento», como dice él, se promocionó mucho. De nuevo le halaron las orejas, y sus disculpas públicas lo embarraron más.
Uno que se hace llamar Carluchín Verde (tiene el pelo verde), y se anuncia como el organizador de la fiesta, cargó contra las críticas y dijo que se hacía «en el lugar más humilde de Cuba». Parece que no ha visto el local del SAF (Sistema de Atención a la Familia), donde comen los jubilados y casos sociales de 10 de Octubre, en la esquina de Toyo. Terminó diciendo el lema, con vivas a Canel y la Revolución. Después dijo que «la fiesta va, aunque Cuba se hunda».
El propio cumpleañero se defendió de la «infamia» y la «cizaña» de los «voceros del Gobierno de Estados Unidos» y defendió su derecho a celebrar «como un joven revolucionario, en mi bar privado, mi negocio, donde todo está dentro del margen de la legalidad», porque «soy un joven normal, común y corriente».
Eso sí, generosamente «invitó» a todos los que cupieran en el EFE bar. No lo aclaró, pero ya sabemos, por los anuncios, que había que ir vestido de blanco (como en Le Diner en Blanc), que la entrada era mil pesos y el consumo mínimo 15 mil pesos.
Esto provocó indignación entre los cubanos, que no pueden tener un bar y necesitarían medio año de salario (sin gastar $1) para asistir. Hasta El Necio, feroz defensor del Gobierno, lo criticó, por iniciativa propia o cumpliendo orientaciones. Claro, lo hizo a su manera, lo llamó «burgués», pero minimizando su descendencia, y alegando que muchos otros en Cuba y en Miami, hacen lo mismo, pero que allá «buscan dañar» su apellido.
Olvidó decir que los familiares de esos «otros» no le piden al pueblo sacrificios que para ellos no existen, porque esto no es una excepción, ni nada nuevo, solo que nos enteramos por la vanidad, inmadurez e indiscreción del muchachón.
Tampoco explicó de dónde el aludido saca el dinero para comprar un bar y viajar por el mundo como un millonario, pero se insultó de cualquier insinuación a herencia dinástica, o de que proviniera de una supuesta fortuna familiar.
Usted puede pensar eso último, o que lo ahorró trabajando honradamente.