Por Yoandy Videaux ()
Guantánamo.- Todos sabíamos que el gobierno cubano lo iba a volver a hacer y sabíamos, también, que todo era cuestión de tiempo, que en algún momento comenzaría a vender lo que entró al país como donación para los damnificados de los fenómenos naturales que afectaron la isla.
Y le tocó a Guantánamo, a los afectados por el huracán Oscar en los municipios de Imías, San Antonio del Sur y Baracoa. Para tener un colchón tienes que pagarlo, a pesar de que este haya llegado por donación desde Europa, Asia o Suramérica.
Sí, porque los países donantes pueden fletar una aeronave o un barco para enviar a Cuba las donaciones, y correr ellos con todos los gastos, pero el gobierno cubano tiene que cobrar por llevar esas donaciones, por ejemplo, desde el puerto de Santiago de Cuba a Imías.
Tan poco dinero tiene el gobierno, tan difícil le resulta encontrar un vehículo para transportar colchones, camas, sábanas o toallas, que tiene que cobrarles a las desvalidas víctimas del huracán, que han quedado abandonados a su suerte y están pasando un hambre que solo los que viven acá pueden imaginarse.
Y no es un invento de El Vigía de Cuba, ni una fake new, lo hizo público la página del Ministerio de Comercio Interior en esta provincia, la más oriental y más abandonada de Cuba: los colchones se comenzaron a vender en mil 470 pesos cubanos.
Tal como están las cosas en Cuba, y cómo va la inflación, ese precio es una bicoca, pero resulta que quienes fueron afectados, no importa si profesionales o jubilados, no tienen cómo pagar esa cantidad, porque la vida es tan cara en esos lugares que no se puede desperdiciar un centavo en otra cosa que no sea comida, porque corren el riesgo de morir de hambre.
Los funcionarios del Ministerio de Comercio Interior le faltan el respeto al pueblo y dicen que la venta está justificada, porque se trata de los costos de la transportación, para recaudar dinero y utilizarlo luego en las áreas afectadas por los fenómenos meteorológicos. Así sin más ni más lo han dicho, como si el gobierno no tuviera la obligación de destinar partidas de dinero a estos fines.
Y las faltas de respeto al pueblo son mayores, sobre todo, si sabemos que los países donantes, en muchos casos, además de artículos de primera necesidad, han donado dinero, en cifras considerables, entre ellos Canadá, que envió a Cuba un millón de dólares canadienses, 900 mil americanos.
¿En qué usa el castrismo ese dinero? ¿O lo usan en el pago del avión que usa el impresentable de Miguel Díaz-Canel cada vez que va a algún sitio a que la prensa le haga fotos o le grabe junto a esos que llevan para que lo vitoreen?
Cuba y sus gobernantes dan pena. El gobierno cubano es un desastre total, un caos que no da pie con bola en ninguna de sus acciones, y lo de cobrar por las donaciones no es la primera vez que ocurre, sino que es algo habitual desde tiempos inmemoriales.
