Por Esteban Fernández Roig
Miami.- Quiero que caigan seis rayos en las cabezas de Raúl, de su hijo Alejandro, su nieto el Cangrejo; sobre Ramiro y el títere de Díaz Canel.
Quiero misiles sobre el Minint y el Minfar, quiero una Cuba iluminada, con doce millones de cubanos gritando ¡Libertad! Y cantando el himno de Bayamo.
Quiero que escampe, que pare la miseria y la represión, que salga el sol, y ver machetes mambises en las manos de jóvenes desengañados.
Quiero que se desborden el Mayabeque, el Cauto, el Almendares y todos los ríos de la nación limpiando a Cuba de esbirros, de chivatos y de escombros.
Quiero que los policías tiren las macanas al mar; que soldados, milicianos y guardafronteras depongan las armas, y ver al yate Granma envuelto en llamas.
Quiero ver a los chivatientes arrodillados pidiendo perdón ante las madres de los presos, de los torturados, de los mártires.
Quiero ver a los CDR incendiados, juicios sumarísimos como los de Nuremberg, deseo ver abusados a los abusadores, y ahorcados los grandes represores.
Deseo ver bodegas llenas de mercancías, farmacias llenas de medicinas, y hospitales pulcros atendiendo a los enfermos.
Quiero ver escuelas enseñando “Moral y Cívica”, quiero una prensa libre, donde los únicos sin derechos sean los castro-comunistas.
Quiero escuchar el sonido de la dinamita explotando y volando en mil pedazos el seboruco donde tienen depositadas las cenizas del gran culpable.