Oscar Durán
La Habana.- ¿Alguien tiene noticias de Raúl Torres? En esta época del año siempre aparece cantando su hit Cabalgando con Fidel, esa composición que las ciberclarias comparten en Facebook cada 25 de noviembre y ponen un emoticon de tristeza.
Yo no puedo oír esa canción, me da asco, es una oda a la chicharronería por parte de un tipo que en algún momento de su vida habló cosas contrarias al régimen y hasta estuvo viviendo en el exterior, porque en Cuba no tenía espacio. Medio país conoce la historia de Raúl Torres, para que ahora venga a hacerse el más comunista y fidelista del mundo.
Para mí, a Torres no le fue bien viviendo fuera de la isla y decidió volver, dispuesto a acomodarse a cualquier precio. Empezó con la canción El Regreso de un Amigo, dedicada al fallecimiento de Hugo Chávez en el 2013. A partir de ahí, parece que lo acomodaron, le dieron dos o tres cosas y él solito comenzó a componer esos mamotretos, sin una orden previa.
La canción de Raúl Castro ya debe estar lista. La tendría guardada en su laptop con 56 contraseñas para que nada más parta el menor de los Castro, sacarla de un tirón. También ya debió componer la de Ramiro Valdés, Guillermo García y José Ramón Machado Ventura. Muero por saber el título de la Guillermo. Yo le pusiera Cabalgando con el Avestruz.
Viendo ahora el elenco de la canción Cabalgando con Fidel, me sorprendió la presencia de Yasek Manzano, un trompetista fuera de liga que no tiene ninguna necesidad de meterse en ese nivel de mediocridad. Ojalá y en el próximo tema, Yasek no se preste para eso, estaría bajando unos cuantos escalones, de acuerdo a su alto nivel.
De Pancho Amat, Eduardo Sosa, Luna Manzanares y Annie Garcés no me sorprende su sí a ser parte de todo ese circo de Raúl Torres, principalmente la Garcés, esa inconfundible voz de los 62 mil milenios. No sé si ustedes piensan lo mismo, pero qué triste es ser un cantante y dedicarte a sacar canciones de dictadores para tener una vida relativamente cómoda.
Ese es el caso de Raúl Torres, un tipo que hace unos años atrás estaba vendiendo su estudio de grabación por razones desconocidas, aunque toda Cuba infiera que anda más atrás que los cordales. Yotuel Romeo le ofreció comprarle el estudio, pero Torres se hizo el de la vista gorda y no se supo más sobre la venta del local.
Quizás Miguel Díaz-Canel, enterado del asunto, mandó a Alpidio Alonso, ministro de Cultura, a seducir al autor de Candil de Nieve y proponerle un interesante proyecto de canciones a personalidades fallecidas.
Para eso quedó Raúl Torres, un tipo que en su momento fue el niño lindo de Pablo Milanés y tenía temas muy interesantes, escuchados por muchos, como el propio Candil de Nieve. Lamentablemente se fue por el camino más corto y decidió empezar a cabalgar con Fidel, cantarle a Chávez y, al paso que va, cuando su tocayo se muera, sacará al momento “La partida de la China”.
Mientras tanto, hoy 25 de noviembre, Cabalgando con Fidel es trending topic dentro del ciberclariato nacional. Raúl Torres debe sentirse orgulloso por eso. De hecho, ya Gerardo Hernández le dio su regadera ante tan colosal obra y Alpidio Alonso le está preparando la Medalla Haydeé Santamaría por su compromiso a la cultura cubana.