Por Pucho Oroza ()
Varadero.- Desde la vía rápida, en el tramo entre Varadero y Matanzas, fueron visibles, por mucho tiempo, los restos de una embarcación encallada cerca de la costa. Aquel esqueleto de hierro, que produjo infinidad de teorías y leyendas urbanas, se llamaba Río Damuji.
La historia de este barco es muy singular. Fue botado al mar el 24 de febrero de 1944 en Inglaterra, y ese mismo año sufrió un accidente al colisionar con una mina en el río Siena. En 1957, fue adquirido por el Banco Cubano de Comercio, y estando ya en Cuba se rebautizó como «Río Damují». Fue el primer barco con bandera cubana en tocar puerto en la Unión Soviética después de 1959.
El buque, que tenía capacidad para 30 tripulantes y poseía 99.95 m de eslora, 14.17 m de manga y 6.12 m de calado, quedó encallado entre Playa Maya y Boca de Camarioca, a la altura de Carboneras, el 3 de febrero de 1970, debido a un fuerte viento y oleaje que provocaron que se partiera su timón cuando cubría esta ruta marítima cargado de sacos de yute.
Su Capitán y oficiales intentaron todo tipo de maniobras evasivas pero no pudieron impedir que tocara fondo en el arrecife contra la costa.
La decisión final fue dejarlo varado, pues reflotar esa vieja embarcación de 26 años de servicio era casi imposible. Hubiera sido demasiado costoso, además que, el astillero de Cárdenas, lugar más probable para su traslado, carecía de diques adecuados para recibirlo y el de Varadero, para embarcaciones, solo soportaba barcos mucho más pequeños.
Y así, quedó ahí, en una batalla final contra la marea, el salitre, contra el saqueo de sus piezas y motores por los mecánicos de la zona. Por casi una década soportó intacto, hasta que poco a poco se fue desvaneciendo.
Hace ya unos 20 años desapareció totalmente en el mar, disuelto entre corales, siendo un sitio ideal para el buceo.
El Río Damuji fue parte de la historia marítima y fuente de leyendas entre los que recorrían a diario este tramo de carretera. Una parada familiar para que niños, y no tan niños, se detuvieran a idealizar historias de aquella embarcación. Un barco que ya sólo existe en el recuerdo de los menos jóvenes. Una historia de la que poco se habla y que genera mucha nostalgia.