Por Víctor ovidio Artiles ()
Caibarién.- Aquí, acostado, me miro por dentro ante la imposibilidad de mirarme por fuera. Aunque me veo poco en el espejo por falta de trastorno dismórfico corporal (preocupación obsesiva y vergonzosa por los cambios en la apariencia) y por falta de corriente en los horarios de la noche y la mañana, no me había percatado de la pérdida de peso de las últimas jornadas.
Hoy logré verme en un espejo como Dios manda. Recuperé mi color de piel natural, una especie de blanco con ribetes pálidos, ante la falta de exposición al sol.
Puedo percatarme de un proceso de envejecimiento dado por los efectos combinados de ¿dengue, Oropouche, fiebre amarilla? padecido, más el estrés de las consecuencias recurrentes del déficit de generación.
A pesar de todo ello hay cosas que me preocupan más:
– ¿Qué habrá pasado con Odette y su batalla por recuperar al hijo?
– ¿En qué habrá quedado el muchacho adicto que regresó a Miami?
– ¿Elizabeta seguirá presa en Sao Paulo?
– ¿Todavía siguen promocionando diariamente Ruta 10?
– ¿Llegó el combustible mexicano?
– ¿Autorizaron a los nuevos actores a no cobrar por transferencia?
– ¿Volvería a temblar la tierra en Oriente?
– ¿Todavía ponen películas los domingos?
– ¿Aún ponen Vivir del cuento?
¡Demasiadas preocupaciones para estar enfocado en banalidades de mi fisonomía!
