Por Pucho Oroza ()
Varadero.- Está de cumpleaños el mejor ajedrecista de la historia en nuestro país y uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos en el mundo, campeón mundial y de la Olimpiada Mundial en el primer tablero, apodado el Mozart y la máquina de Ajedrez, el extraclase, tildado de invencible en partidas rápidas, maestro de maestros en las convencionales: José Raúl Capablanca.
No hay palabras para describir la admiración que logró tener Capablanca entre todos los jugadores a nivel internacional, un grande, que no solo ganaba sino que lo hacía de manera impecable, sin errores. Un jugador que desde niño, cuatro años, ya conocía los fundamentos de este deporte y que poco a poco se convertiría en una Leyenda de los tableros.
José Raúl, con 13 años derrotó al campeón nacional vigente, Juan Corzo, proclamándose nuevo monarca de Cuba.
Entre 1916 y 1924, estuvo invicto en partidas oficiales, racha que comenzó desde el 10 de febrero de 1916, cuando perdió desde una posición superior contra Oscar Chajes, hasta el 21 de marzo de 1924, cuando sucumbió frente a Richard Réti en el Torneo Internacional de Nueva York. Estamos hablando de ocho años y 63 juegos, que incluyó un fortísimo torneo de Londres de 1922 y la partida por el Campeonato del Mundo.
En 1920, el Campeón Mundial vigente, Emmanuel Lásker, renunció a su título en favor de Capablanca, pero el cubano no aceptó sino lo ganaba jugando. En 1921 jugaron en La Habana y venció al alemán sin perder una sola partida: +4 -0 =10, algo que no sucedería otra vez sino hasta ocho décadas más tarde cuando en el año 2000 Vladímir Krámnik le ganó a Garri Kaspárov +2 -0 =13.
El reinado de Capablanca como monarca universal se extendió hasta 1927, nunca más alguien le aceptó un match por el título mundial.
En 1939, como primer tablero del equipo cubano en la Olimpiada de Ajedrez se llevó la medalla de oro. En total, en toda su carrera Capablanca sufrió menos de cincuenta derrotas en partidas oficiales, (35), el seis por ciento del total de las que jugó.
José Raúl Capablanca es parte de la historia del ajedrez mundial, sus partidas se estudian y referencian entre los grandes maestros de todo el orbe en la actualidad, una mezcla perfecta de maestría y arte, un genio de los tableros, un orgullo de toda Cuba.
