Por Carlos Cabrera Pérez
Majadahonda.- En caso de confirmarse oficialmente la autorización estadounidense a Ucrania para usar cohetes de largo alcance contra Rusia, el presidente Joe Biden evidenciaría que tiene mal perder, pretendiendo enyerbarle el arranque a Donald Trump.
La autorizacion del uso de misiles estadounidenses contra Rusia fue adelantada por los diarios The New York Times, The Washington Post y la agencia de noticias AFP -citando a funcionarios gubernamentales no identificados- pero sigue sin ser confirmada oficialmente por la Casa Blanca o el Pentágono, hasta el momento de redactar esta nota.
La arresgada decisión la habría tomado Biden, un narcisista incorregible, a menos de un mes de dejar la Casa Blanca; descontando fines de semana, Navidad, Reyes Magos de Oriente y el Día de acción de Gracias que al celebrarse en jueves, se suele extender al fin de semana; incluido el carnaval consumista del Black Friday.
La supuesta autorización para el uso de cohetes tierra-tierra ATAMS ha sido reclamada insistentemente por el presidente ucraniano desde el inicio de la guerra, pero Estados Unidos nunca había accedido a su petición, al menos hasta ahora.
Al comentar la filtración, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, confirmó que los cohetes de largo alcance forman parte de su Agenda de la victoria, pero aclaró que esas cosas no se anuncian previamente porque los misiles hablan por si solos.
Biden nunca aceptó que Obama, Pelosi y Kamala le hicieran la cama y lo desplazaran de la candidatura a la Casa Blanca y, como le sobra experiencia politica, durante la campaña exacerbó todas sus pifias para debilitar aún más a quien había permanecido en la inopia estos cuatro años, pese a ser su vicepresidente y presentada por los papaloteros en almíbar como la segunda parte del Yes, we can, que se trastocó en No pudimos.
Pero no contento con su pequeño triunfo, que obliga al Partido Demócrata, casi a refundarse, ahora Biden estaría empeñado en complicarle la vida a su sucesor, con una jugada muy riesgosa militarmente para Ucrania porque Rusia no se va a quedar de brazos cruzados y responderá en proporción a la jugada Biden, justificada en la presencia de tropas norcoreanas en suelo ruso.
Estados Unidos tiene tropas en diferentes partes del mundo, incluida la Base Naval de Guantánamo, y los afectados no han reaccionado con este anunciado capricho de última hora; con el único objetivo de entorpecer el arranque de la Administración Trump, que no dudará en cortarle el grifo a Kiev, promover una negociación entre ambos contendientes y exigirle a Europa que, si quiere una OTAN fuerte, que ponga más dinero.
Entre las obligaciones de un presidente democrático está facilitar el traspaso de poderes, sin sobresaltos ni ocurrencias, con una decisión de consecuencias multilaterales y pese a que ya el complejo militar industrial estadounidense ha hecho notable caja con la guerra entre Ucrania y Rusia.
Muchos cubanos, reaccionando emocionalmente, se pusieron del lado de Ucrania ante la invasión rusa; desconociendo que las relaciones internacionales carecen de principios y valores, pues son puros intereses de parte, asumiendo el vejo axioma de que el enemigo de mi enemigo es mi aliado; pese a que Putin ha sido incómodo para La Habana desde el inicio de su reinado.
La desmemoria y entusiasmo cubanos obvian tres hechos cruciales para entender el desatino:
1.- Estados Unidos reaccionó bloqueando navalmente a Cuba, cuando confirmó la presencia de misiles soviéticos con capacidad de portar ojivas nucleares. Kruchov quería meter un erizo en los calzoncillos de Kennedy y usó a la isla para su delirio.
2.- La posición europea legitimó a Putin como un émulo de Pedro el Grande y, desde el conflicto, no se habla de sus atrocidades contra opositores ni del desgaste que acumula en su largo reinado. Ni siquiera ha sufridodesgaste por el atentado islamista en Moscú; un fallo descomunal de la seguridad rusa.
Desetabilizar a Rusia implica peligros para el Viejo Continente porque el gigante euroasiático padece conflictos internos con parte de la población musulmana y las antiguas repúblicas del Asia central soviética, pero como quien empuja no se da golpes, la decadente Europa se puso a jugar a las candelitas, desconociendo su fragilidad ante los bárbaros del siglo XXI, que la tiene rodeada y penetrada.
3.- El presidente ucraniano no ha mostrado simpatía hacia la oposición ni los cubanos pisoteados por la dictadura más vieja de Occidente, que sí lo han apoyado y denunciado el alineamiento de La Habana con Moscú y la presencia de mercenarios cubanos en el conflicto.
El tardocastrismo, como viene haciendo en los últimos conflictos internacionales, ya tiene situados a sus peones de la Inteligencia Militar en Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Finlandia para tomar nota de los juegos de guerra ajenos y admirar los juguetes bélicos de los enfrentados.
Mientras llega la confirmación o desmentido del cohetazo, habrá que elevar el pensamiento a las alturas y allá, en el cielo, preguntarle a Dios si tendremos unas Navidades pasadas por misiles o la sangre de rusos y ucranianos no llegará a los ríos Moscova y Dniéper.