Por Edi Libedinsky ()
Buenos Aires.- Margaret Mead se convirtió en una antropóloga pionera y, en su vida posterior, en una intelectual pública muy aclamada y controvertida. Mejor conocida por su defensa del «determinismo cultural»—la creencia de que la cultura es al menos tan importante como la biología en la influencia del comportamiento—los escritos de Mead, particularmente sobre su estudio de la cultura samoana, la convirtieron en la antropóloga más famosa del mundo.
Hija de profesores, Mead viajó a Samoa a los 24 años, poco después de obtener su maestría en antropología (recibiría su doctorado cinco años después). Su trabajo de campo llevó a la publicación en 1928 de su libro Coming of Age in Samoa—un libro que la haría famosa a los 27 años y que se convertiría en la obra de antropología más leída del siglo.
En su libro, Mead describió sus observaciones sobre la cultura samoana, identificando prácticas culturales (notablemente en relación con la adolescencia, los roles de género y la sexualidad) que a menudo eran muy diferentes de las que se creían universales en ese momento. Lo más sensacional fue su afirmación de que la cultura samoana se beneficiaba de una actitud más relajada hacia el sexo que la del mundo occidental. “El amor romántico, tal como ocurre en nuestra civilización, inextricablemente ligado a ideas de monogamia, exclusividad, celos y fidelidad inquebrantable, no ocurre en Samoa”, escribió. Particularmente impactante fue su afirmación de que la promiscuidad sexual prematrimonial casual entre los adolescentes samoanos era una norma cultural.
El libro de Mead y su seguimiento en 1935, Sex and Temperament in Three Primitive Societies, causaron un gran revuelo, tanto dentro como fuera de la comunidad académica. La popularidad e impacto de sus libros fueron factores clave para hacer que el “trabajo de campo” fuera esencial para la educación y análisis antropológico, y avivaron el debate sobre la naturaleza y la crianza, mientras que sus conclusiones de que los roles de género y el comportamiento adolescente están determinados por la cultura (en lugar de la genética) fueron adoptadas por feministas y defensores de la “Revolución Sexual”.
Trabajos posteriores han puesto en duda la validez de los hallazgos de Mead, y entre los antropólogos siguen siendo disputados y controvertidos hasta el día de hoy. Los propios samoanos objetaron con vehemencia la representación que Mead hizo de su sociedad, y muchos críticos fuera de Samoa desestimaron su caracterización de la sociedad samoana como romantizada. El crítico más persistente e influyente de Mead, el antropólogo neozelandés y experto en Samoa Derek Freeman, publicó en 1999 una contundente refutación del libro de Mead, argumentando que había caracterizado erróneamente la cultura samoana y que había sido engañada (“burlada” fue su palabra) por dos chicas samoanas, cuyas afirmaciones bromistas sobre sus vidas sexuales se convirtieron en la base para las conclusiones de Mead sobre la promiscuidad sexual adolescente en Samoa. Después de la publicación del trabajo de Freeman, los seguidores de Mead vinieron en su defensa, atacando la validez de la investigación de Freeman, y el debate entre Mead y Freeman continúa hasta hoy.
A lo largo de su larga y productiva carrera, Margaret Mead se convirtió en la antropóloga más conocida del mundo. Altamente influyente tanto como académica como intelectual pública, escribió más de 40 libros, fue frecuentemente invitada a programas de radio y televisión, y escribió una popular columna mensual en la revista Redbook.
Margaret Mead falleció de cáncer de páncreas a los 76 años en Nueva York el 15 de noviembre de 1978, hace cuarenta y seis años hoy. Independientemente de la controversia continua, el impacto de su trabajo es innegable y el legado de Margaret Mead como una de las mujeres más influyentes y aclamadas del siglo XX permanece intacto. En 1979, se le otorgó póstumamente la Medalla Presidencial de la Libertad.
La foto es de Margaret Mead y dos mujeres samoanas, tomada en 1926.